Las banderas de los acuartelamientos españoles estarán estos días de Semana Santa a media asta por la muerte de la aconfesionalidad del estado, y las togas de los señores magistrados alzadas por encima de la cintura, para que puedan aliviarse sobre la separación de poderes. En la España de Rajoy, la Constitución es un libro sagrado sólo en lo que concierne a la indisoluble unidad de la Nación, patria común e indivisible de todos los españoles. El resto de lo que redactaron los padres de la Constitución y votaron mayoritariamente los ciudadanos, queda al libre albedrío de los intereses de quienes mandan ahora y han mandado casi siempre.

El Gobierno se ha pasado tantas veces por el forro nuestra Carta Magna, que resulta obsceno escucharlos defenderla como si se tratara de la Biblia. Su relación con una y otra es muy similar. En estos días se flagelan como los más arrepentidos penitentes, y el resto del año incumplen los Diez Mandamientos con la misma soltura con la que ignoran los principales preceptos del estado social y democrático de derecho.  Tanto es así, que nuestros próceres juran sus cargos sobre una y otra de forma indistinta. 

Para los dirigentes de la rancia derecha española, como ha puesto en evidencia estos días el innovador método Cifuentes para obtención de másters, las normas son sólo de obligado cumplimiento para los demás. Los plebeyos nos hemos irritado porque le han regalado un título universitario y ellos se han escandalizado porque la obligaron a matricularse. Siempre ha sido así y harán todo lo que sea necesario para que no cambie.

No deberían ustedes hacerse mala sangre al ver a los ministros marianos cantando el himno de la Legión en las procesiones. No lo hacen para provocar, se trata del resultado de una comprobación empírica. Son tantos siglos de incumplimiento de las normas cristianas, con tan excelente resultado, que han llegado a la conclusión de que violar la Constitución sólo puede traerles pingües beneficios. No obstante, en sus exiguas bibliotecas ambos libros los tienen clasificados en la sección de fantasía.