La alta carga tecnológica de los coches modernos hace que estos sean vulnerables a sufrir hackeos por parte de piratas informáticos y delincuentes e, incluso, controlar el coche completamente desde fuera. 

Algo que, en un principio, habría de ser beneficioso para el usuario puede convertirse en un arma de doble filo. Así lo indica el FBI norteamericano, que señala que la vulnerabilidad cibernética de los vehículos ha aumentado hasta el punto de poder ser pirateados o hackeados, permitiendo controlar el coche desde una ubicación remota.

 Pincha aquí para saber más sobre por qué hackear un coche ya es posible.

Esto sería gracias a la conectividad del automóvil, ya que se puede acceder a él mediante conexiones Wi-Fi, Bluetooth o USB. De hecho, un grupo de investigadores realizaron un experimento en relación a este tema con un Jeep Cherokee. ¿El resultado? Fueron capaces, a través de una conexión por un módulo inalámbrico de radio, de apagar el motor, desactivar los frenos y tomar el control del limitador de velocidad. Además, pudieron controlar en todo momento el encendido y apagado de luces, el cierre centralizado, la radio y el GPS.

 Así, cualquier smartphone con conexión de datos, y en las manos expertas incorrectas, puede tomar el control de nuestro vehículo. Por todo ello, el FBI ha dado una serie de recomendaciones para mantener la máxima seguridad en este sentido: asegurar siempre que el software cuenta con la última actualización, tener cuidado al realizar modificaciones en éste, saber qué dispositivos se conectan con el coche y conocer quién tiene acceso físico a él.

 Mientras tanto, los fabricantes no son ajenos a este problema de presente y de futuro, y cuentan con departamentos que proporcionan información sobre la seguridad de la transmisión de datos informáticos con los vehículos como protagonistas.

 Pincha aquí para saber más sobre cómo los sistemas de arranque sin llave también vulnerables al hackeo.