La cocaína y el rock forman un binomio que no ha nacido ahora. Mitos y composiciones de decenas de artistas han alimentado la leyenda del infierno blanco que han vivido muchos músicos del género, detrás del glamour y debido a sus adicciones. Conocido es el caso del Club de los 27, artistas que han fallecido a los 27 años tras una espiral de autodestrucción derivada de las drogas, y también ha trascendido que Glenn Frey (The Eagles) fue cocainómano o que Iggy Pop estuvo viviendo en Berlín cerca de David Bowie con una dieta basada en leche y cocaína, y que en 1973 Keith Richards ya lideraba una lista que elaboró el New Musical Express con diez estrellas del rock que era probable que murieran pronto por sus adicciones a variadas sustancias.

Intuíamos que otro que tal bailaba era Noel Gallagher, el enfant terrible del pop-rock británico, que durante años formó la banda Oasis con su hermano Liam y luego ha seguido una brillante carrera en solitario. Y él mismo acaba de reconocer en una entrevista para el medio británico The Independent que también fue adicto a la cocaína, y eso le ha supuesto muchos problemas a lo largo de su carrera.

Según el músico, entre 1995 y 1998, tanto él como su hermano consumieron cocaína a diario. Según sus palabras, fue su etapa “más loca”. Menos mal que tocó techo, porque la cosa no le salió gratis: “tuve que ingresar en el hospital una vez. Estaba en Detroit y creía que tenía psicosis, y tuve que ir al hospital”, donde encima no le entendían por su acento, según ha explicado en el citado encuentro.

El consumo de esta y otras sustancias le hicieron padecer “brutales” ataques de pánico durante 4 años. Una mañana, explica, se despertó rodeado de gente fumando marihuana y esnifando cocaína, y reaccionó. Decidió cambiar de vida. Se mudó junto con su mujer, Meg Matthews, primero a Tailandia y, de vuelta en Reino Unido, al campo, lejos de todo.

Hoy, el artista asegura que pasa de las drogas, y considera que las personas que consumen cocaína son "aburridas". El año pasado, en declaraciones al Irisg Independent, afirmó que la coca “le da un giro de mierda” a las juergas nocturnas.