Los relatos de distancia corta y las historias que hurgan en el fondo de lo que somos, abordando la culpa, la infancia y los recuerdos perturbadores, son el fuerte de Sara Mesa, una de las mejores autoras españolas actuales. Entre sus títulos, El trepanador de cerebros (2010); Cuatro por cuatro (2013), que fue finalista del Herralde de novela; Cicatriz (2015) o Mala letra (2016). También ha escrito poesía, como El jilguero agenda (premio Miguel Hernández), y ensayo, como Silencio administrativo (2019). Nos respondió esta entrevista desde Sevilla, donde vive, en los primeros días de confinamiento. En esta cuarentena, le ha dado vida a la bici estática que usaba como percha.
¿Cómo lleva el confinamiento? Personalmente bien. Suelo pasar mucho tiempo en casa, así que no ha supuesto grandes cambios. Salgo a sacar a mi perra; son paseos cortos, pero paseos al fin y al cabo. No me quejo porque soy muy consciente de que para otra gente está siendo muy duro.
¿Qué hábitos conserva de los que tenía, y cuáles nuevos ha adquirido? No he cambiado ningún hábito, dentro de casa hago las mismas cosas: leo, escribo, veo películas, limpio y cocino. Lo único nuevo es que he rescatado la bici estática que usaba como percha, porque si no me voy a poner como una foca...
¿Se pasas el día en pijama? No. Llevo la ropa habitual, que es, por principio, ropa cómoda.
¿Cuántos rollos de papel tiene en casa? Me niego a contarlos y a entrar en obsesiones ridículas. Cuando me quede poco, saldré a comprar más.
Recomiéndenos un libro, una peli y una canción para pasar este mal trago. pequeñas mujeres rojas, de Marta Sanz, para que no se nos olvide a qué hay que tener verdadero miedo. Interiores, de Woody Allen, peliculón de título muy pertinente, y All day and all of the night, de los Kinks, de eso de estar todo el tiempo juntos....
Una cosa que haya aprendido de todo esto… Que somos muy débiles, que no es posible planificarlo todo
¿Cómo saldrá la Cultura de esta? Me temo que tocada, en lo que se refiere a inversión etc. Se han cancelado y cancelarán muchas actividades, esto toca de lleno a los artistas y creadores. Pero creo que hay que seguir adelante. A la cultura no se la va a cargar un virus.