Cerca de seis de cada diez mujeres jóvenes afirman haber tenido sexo con otra persona "sin ganas" o "por compromiso", de acuerdo con un estudio realizado entre 1.516 mujeres de 18 a 25 años, entrevistadas el pasado julio y cuyas conclusiones se publican en el informe la Sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español.

Las causas que se aducen para el sexo forzado pueden resultar muy graves: algunas han manifestado hacerlo como un "sacrificio" para complacer a su pareja, pero también se dan los casos de otras mujeres que se han visto abocadas a mantener relaciones sexuales por sentirse "presionadas" o por temor a las consecuencias de negarse. 

Además, el estudio refleja el miedo que la mayoría de las mujeres vive ante la posibilidad de ser víctima de una agresión sexual. Así, un 60,7% de las jóvenes reconoce haber sentido miedo a que alguien pudiera ejercer algún tipo de violencia sexual sobre ella al encontrarse en un espacio público -calles, parques, bares y discotecas-. También se cuenta un 20% que teme sufrir una agresión sexual en su entorno, ya sea en el centro de estudios, en el trabajo o por parte de sus parejas.

Además, el 68% de las mujeres dice haber recibido "comentarios inapropiados" o "sexistas" en el espacio público, y un 36% tocamientos no deseados. Un 46% ha recibido comentarios "agraviantes" o imágenes de tipo sexual a través de las redes sociales sin consentimiento, y un 9% ha sufrido un intento de violación o una violación consumada".

Entre las estrategias y precauciones que se declaran seguir, figuran no volver nunca solas a casa por la noche, llevar llaveros que produzcan ruido o llevar el móvil a punto para realizar una llamada de emergencia son solo algunas de las "estrategias" o "precauciones" que aseguran seguir ante la percepción de un "peligro constante". 

El estudio analiza además algunos cambios en los patrones de los hábitos sexuales de las mujeres. Hasta un 41% se manifiesta totalmente en contra a la idea de que para tener sexo es preciso estar enamorada, un 25% en "bastante" desacuerdo, y solo un 14% vincula "de manera necesaria" el amor y la sexualidad. Se expresa, además, una fuerte crítica enfocada a la pornografía y a lo que representa su contenido. Más de la mitad considera que el porno está pensado para satisfacer el deseo sexual de los hombres, y el 77% así lo cree opina que es una industria que cosifica, hipersexualiza muy frecuentemente el cuerpo de las mujeres. Sobre su consumo, la edad media de inicio se sitúa en torno a los 15 años; aunque la frecuencia es relativamente baja (la mitad consume pornografía una vez cada tres meses) y, según Vázquez, muy inferior a la de los hombres.