Como en tantas otras cosas, también en la conservación de la naturaleza existen dos Españas. Una que pone todo su esfuerzo en conservar las especies en peligro de extinción. Y otra que en unos segundos desanda el arduo camino de los conservacionistas. Sean linces, lobos o como ahora, osos pardos, su supervivencia depende de la victoria de los primeros.

FAPAS denuncia la muerte de un oso pardo

Entre estos se encuentra el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS). Esta ONG lucha por proteger las poblaciones de águilas, lobos y osos del norte de España. Ahora ha denunciado la muerte a tiros de un oso pardo. El animal, un ejemplar adulto, apareció en un camino del concejo asturiano de Cangas de Narcea. FAPAS denuncia que la muerte de este precioso y preciado animal se ha producido justo después de la apertura del periodo de caza en la zona. Según la asociación, las batidas de jabalí, ponen en peligro a toda la fauna del área. Consideran muy grave que la Consejería de Desarrollo Rural haya permitido estas batidas en el Parque Nacional de Somiedo. Se trata de una zona crítica para la cría del oso. Y al mismo tiempo, ha exigido al gobierno regional que aplique el Plan de Recuperación del Oso Pardo, suspendido en la actualidad.

Una convivencia difícil

Una vez más, detrás de la muerte de este oso están los problemas de convivencia entre ciertas especies y los intereses ganaderos del ser humano. Lo cierto es que la ley protege al animal y establece fuerte penas para quien mate un oso. Las multas pueden ir desde los cinco mil a los veinte mil euros. Incluso se prevén penas de cárcel para los responsables de acabar con un ejemplar de cualquier especie en peligro. En este caso el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), dependiente de la Guardia Civil ha abierto una investigación después de que la necropsia del animal confirmara que murió por un disparos de escopeta.