En un rincón de la Tierra escondido en algún lugar de la remota isla australiana de Tazmania, hay una extraña estructura que está a punto de presenciar y registrar el fin del mundo tal como lo conocemos. El proyecto, llamado Earth's Black Box, es una instalación de acero gigante, que pronto se llenará de discos duros alimentados por paneles solares, cada uno de ellos documentando y preservando un flujo de actualizaciones y análisis científicos en tiempo real sobre los problemas más sombríos que enfrenta el mundo.
La información relacionada con el cambio climático, la extinción de especies, la contaminación ambiental y los impactos en la salud se registrarán en la estructura monolítica, de modo que si alguna sociedad futura pudiera algún día descubrir el archivo, podrán reconstruir lo que sucedió con nuestro planeta. "A menos que transformemos drásticamente nuestra forma de vida, el cambio climático y otros peligros provocados por el hombre provocarán el colapso de nuestra civilización", explica el sitio web de la Caja Negra de la Tierra. "La Caja Negra de la Tierra registrará cada paso que demos hacia esta catástrofe".
Cientos de conjuntos de datos, mediciones e interacciones relacionados con la salud de nuestro planeta se recopilarán continuamente y se almacenarán de manera segura para las generaciones futuras. En cierto sentido, la caja, que evoca el diseño brutalista de la famosa 'Bóveda del Juicio Final' de Noruega, tiene un propósito algo complementario. Si bien la Bóveda Global de Semillas de Svalbard es una fortaleza diseñada para proteger una copia de seguridad vital de las semillas del mundo en caso de que suceda lo peor, la Caja Negra de la Tierra se concibe como un registro continuo de la trayectoria del mundo hacia una situación desesperada.