Hagan un cálculo: hablamos de toda la miel de abeja que se comercializa en el mundo. Y tres cuartas partes de ella presentan al menos uno de los cinco compuestos de insecticidas neonicotinoides que ha analizado un estudio publicado en la edición del 6 de octubre de la revista Science . Son, en total, 198 las muestras de miel que se han analizado para este estudio, con ayuda de la colaboración ciudadana, y esos pesticidas mencionados son los que, desde distintas fuentes científicas, se han señalado como sospechosos del declive de los insectos polinizadores, y ampliamente presentes en el medio ambiente terrestre y acuático, en principio para combatir las plagas.

Los niveles más altos, en Norte América y Asia

En concreto, el 45% de las muestras contenía entre dos y cinco de los compuestos neonicotinoides que están en la diana, y que el 10% albergaba 4 ó 5 sustancias de este tipo. Su uso se ha cuestionado en muchos países y hasta prohibido en otros como Francia. La UE, por ahora, ha restringido el uso de algunos de ellos en determinados cultivos y épocas del año. Los niveles más altos se hallado en la miel del Norte América (86%), Asia (80%) y Europa (79%), y los más bajos en América del Sur (57%). La contaminación múltiple también fue mayor en Norteamérica, Asia y Europa. La concentración total de los cinco neonicotinoides fue, en promedio, de 1,8 nanogramos por gramo y alcanzó una máximo de 56 ng/g en todas las muestras positivas.

Adicción y falta de concentración

La comunidad científica cada vez está más preocupada por la pérdida de biodiversidad de la que serían parcialmente responsables los plaguicidas, aunque sus efectos solo comienzan a explorarse ahora. La contaminación generalizada de los insectos a neonicotinoides, señalan los científicos firmantes del texto mencionado, emulan un comportamiento parecido a la persona que busca con ansiedad la nicotina de los cigarrillos. Estos niveles causan déficit en el aprendizaje, el comportamiento y rendimiento de las colonias de abejas melíferas. Los autores del estudio apuntan que, dado el creciente uso de neonicotinoides en las diferentes regiones del mundo, es previsible que su uso siga aumentado, a pesar de las prohibiciones parciales en la en la UE. No obstante destacan que las prohibiciones totales, como la que se aplicará próximamente en Francia, pueden invertir esta tendencia el futuro.