Se insiste mucho en la pérdida de ecosistemas y de su biodiversidad. En especial, se habla de las selvas amazónicas. Pero por más que estemos inundados de noticias, todo cobra mayor envergadura cuando lo trasladamos a cifras. 

Segundo peor año

Y si hablamos de cifras, habrá que empezar por decir que 2017 fue el segundo peor año para la pérdida de masa forestal tropical de toda la Historia. En concreto, se perdieron 40 hectáreas de selva bien talada o quemada ¡cada minuto! En total, se estima que se perdieron más de 157.000 kilómetros cuadrados de jungla. Para hacer una extrapolación de esas que no deja lugar a dudas, se trata de dos veces la superficie de la isla de Irlanda

Por países, una vez más Brasil encabeza el ránking de kilómetros cuadrados de selva perdidos. En este país se produjo un más de cuarto de la pérdida forestal total, por encima de los 44.000 kilómetros cuadrados. En Colombia, por ejemplo, se deforestó más de 4.000 kilómetros cuadrados. Esta cifra es por encima de 50% superior a lo que desapareció el año anterior. 

Eso en cuanto al continente americano. En África las cosas no van mucho mejor. Solo en el Congo se perdieron 14.000 kilómetros cuadrados de selva, el hogar de miles de especies incluidos grandes primates.

Pero cuando hablamos de kilómetros cuadrados de selva que se pierden no queremos decir que se pierdan como se pierden unas llaves o la cartera. Explotaciones ganaderas y agrícolas o las industrias madereras o mineras son las principales responsables de la tala y quema de los grandes bosques tropicales. Este último factor es otro enorme agravante del cambio climático. Las selvas quemadas el pasado año liberaron a la atmósfera más de 8.000 millones de toneladas de CO2, es decir, más que toda la industria norteamericana.