Se ha estrenado Gru: Mi villano favorito 3, y eso se nota más allá de la gran pantalla: los Minions han colonizado escaparates y expositores impresos en ropa, tazas, mochilas, carcasas de móviles, memorias USB, envases de hamburguesas… Pero la cosa no acaba con la invasión amarilla, también está el merchan de Cars 3, Transformers: El último Caballero, Emoji: la película o, cuando se acerquen las navidades, La liga de la justicia y La Guerra de las Galaxias: El último Jedi. En total, habrá merchandising para 25 películas este año, según Bloomberg, mientras que el pasado las majors arroparon con él solo ocho títulos. Y eso que en 2016, la industria del cine había experimentado un alza del 8% respecto a 2015 en esta vía de ingresos. Cabe pensar, incluso, si todas estas sagas, que van sumando entrega tras entrega, no son la excusa para vender más y más cachivaches. Los grandes estudios engordan el bolsillo tras el desplome en la venta de entradas o el declive de ventas de DVD o Blu Ray, e incluso tras batacazos de taquilla como Los Juegos del Hambre o la saga Crepúsculo, que no funcionaron como se esperaba a efectos de espectadores (aunque este tipo de cine suele estar planificado para no perder dinero), pero sí en merchandising.

Cine de culto, con fanbase y familiar

Con todo, el merchan es un elemento que se genera sobre todo para películas con un fanbase muy elevado (Harry Potter), cine de culto (Blade Runner, Alien, Gremlins), de género fantástico (La guerra de las galaxias) o cine familiar (de Pixar, Disney...). Ha habido alguna película, como Pequeña Miss Sunshine, indie pero que dio un inesperado campanazo en taquilla, y se improvisó, por ello, un merchan para la ocasión. Detrás del aumento en venta por merchan hay también una ampliación de su público en los últimos años, que ha pasado de nutrirse del friki de toda la vida a todo tipo de seguidores de una película.

Disney y Marvel crean la gallina de los huevos de oro

Disney reina en este territorio, solo en 2014 la pata de negocio del merchandising y sus parques temáticos le supusieron 15.000 millones de dólares en ingresos, casi un tercio de los 48.000 que se embolsó en todo el año, según datos de la Asociación de Comercializadores de la Industria de las Licencias (LIMA, en sus siglas en inglés).Sobre todo le está saliendo rentable su alianza con Marvel para llevar a la gran pantalla los cómics de ésta. Disney ya había dado un pelotazo comprando Lucasfilm, productora de la franquicia de La guerra de las galaxias, que, con tres generaciones de seguidores, es de las que más ingresos genera por merchandising, con más de 12.000 millones de dólares derivados de licencias de juguetes, lo que confirma el acierto de Lucas cuando, en los años setenta, pidió a la 20th Century Fox quedarse con el dinero de merchan de su película en lugar de con los ingresos en taquilla. En la misma estela, la Warner Bros ha intentado hacer lo mismo (por ahora con peor fortuna) con los cómics DC, consagrando un área de negocio a esta saga, sumada a otra dedicada a Harry Potter, otra a dibujos animados clásicos (incluyendo Looney Tunes: Bugs Bunny, Daffy Duck) y otra a Hanna-Barbara (los Picapiedra, Tom y Jerry).