Caleruega, a apenas 25 kilómetros de Aranda de Duero, en la provincia de Burgos, es mucho más que un destino para disfrutar de su enorme patrimonio histórico y cultural. Entre las sorpresas que nos depara esta localidad encontramos la bodega subterránea más antigua de la Denominación de Origen de Ribera del Duero. Además, cada verano, sus extensos campos de lavanda se tiñen de violeta y transforman el paisaje castellano en un espectáculo natural que no tiene nada que envidiar a los grandes referentes de la Provenza o Brihuega. Esta floración, que se ha convertido en un reclamo turístico de primer orden, convive con la herencia de siglos de historia.

Cuna de Santo Domingo, el fundador de los dominicos

Monasterio de Santo Domingo, en Caleruega (Burgos)

Este pueblo burgalés es conocido también por ser la cuna de Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Dominicos. Su nacimiento en este pequeño municipio en 1170 marcó el inicio de un movimiento que transformó la iglesia medieval. Su figura sigue muy presente en el pueblo, en espacios como el Monasterio de Santo Domingo, donde el visitante puede recorrer la iglesia conventual y su sobrio claustro, o en el Pozo de Santo Domingo, ubicado en la cripta y que, según la leyenda, apareció cuando los fieles retiraban tierra del lugar donde supuestamente había nacido Santo Domingo. Alrededor hay tres altares y sobre cada uno de ellos hay un pequeño retablo en mosaico con escenas de la vida del santo. 

Torreón de los Guzmán (Foto: Turismo del Ayuntamiento de Caleruega, en Burgos)

Junto al monasterio, el Torreón de los Guzmán se alza como un vestigio de la arquitectura militar de la época. Esta construcción, vinculada a la familia de Santo Domingo, recuerda el carácter defensivo de la Castilla del siglo XII.

La pila bautismal de la Casa Real

El paseo por el casco urbano permite descubrir también la parroquia de San Sebastián, un ejemplo del románico rural que se mantiene en perfecto estado de conservación. Allí fue bautizado Santo Domingo en la misma pila bautismal con la que hoy en día se sigue cristianando a los miembros de la Casa Real. Había sido trasladada allí por Alfonso X para su custodia hasta 1605. Actualmente se encuentra en el Monasterio de las Madres Dominicas de Santo Domingo el Real, en Madrid. La iglesia parroquial tiene más vínculos con la familia: la madre del santo, la Beata Juana de Aza, fue enterrada allí.

Antiguo lagar de Caleruega (Foto: Turismo del Ayuntamiento de Caleruega)

Cuenta asimismo con el Monumento al Labrador, un espacio ajardinado para homenajear a los agricultoros y el Museo Lagar de Valdepinos: un antiguo lagar donde se realizaba el vino rehabilitado como museo para no olvidar la tradición.

La bodega más antigua de Ribera del Duero

Ubicado en la Ribera del Duero, Caleruega es un pueblo de tradición vitivinícola. Hay numerosas bodegas excavadas en las laderas de alrededor. A apenas dos kilómetros de la población, se encuentra la bodega subterránea más antigua de Ribera del Duero, en el poblado de San Martín de Bañuelos. Aparece detallada en un documento de 1179, cuando pertenecía al Rey Alfonso VIII, aunque podría ser más antigua, ya que hubo un poblado romano en la zona.

Bodega suberránea más antigua de Ribera de Duero (Foto:Turismo del Ayuntamiento de Caleruega)

La cava está formada por una única nave de 25 metros de longitud y se conservan las paredes y una pila tallada en piedra. En las galerías se pueden apreciar los cabañones que albergan las cubas rematados por arcos de medio punto.

Un mar violeta

Sin embargo, más allá del legado monumental, Caleruega ha sabido crear una nueva imagen turística alrededor de sus campos de lavanda en flor. Atraen cada año a miles de visitantes que buscan capturar el contraste entre el violeta intenso de la floración y el cielo abierto de Castilla.

Campos de lavanda en Caleruega (Foto: Diputación Provincial de Burgos)

Durante los meses de julio y agosto, el municipio organiza actividades específicas relacionadas con la lavanda, desde visitas guiadas hasta talleres de elaboración de productos artesanales, integrando esta nueva vertiente turística de forma respetuosa con el entorno rural. 

Caleruega, parada imprescindible de la Ruta del Cid

Además de su vínculo con Santo Domingo y la belleza de los campos de lavanda, Caleruega cuenta con otra gran seña de identidad: su conexión con la épica medieval. Aunque no se ha documentado el paso del Cid Campeador por el municipio, su situación geográfica, próxima a los principales escenarios históricos del Cantar de mío Cid, y su pertenencia al territorio histórico de la Castilla fronteriza, hacen de Caleruega un lugar donde se percibe aún el ambiente de aquella época. El paisaje de campos abiertos, los caminos de tierra y la arquitectura de piedra refuerzan esa sensación de viajar en el tiempo.

Territorio lobo

En sus alrededores se encuentra el Paraje Natural de Las Loberas, un espacio que recuerda la convivencia histórica entre pastores y lobos en estas tierras. Antiguamente, los corrales circulares protegían a los rebaños de los ataques y se han convertido ahora en un Centro de Interpretación de la Naturaleza para conocer cómo era la vida rural en un entorno como este. Cuenta con una torre-mirador que permite observar la fauna y la flora del entorno. Este singular espacio está integrado en el Sendero de las Loberas, una ruta circular de unos diez kilómetros que discurre entre campos y encinas, entre ellas, la emblemática Encina Hueca, uno de los árboles singulares de la zona.

Loa amantes del birding (observación de aves) tienen en el Humedal de Caleruega y el observatorio de aves junto al río Bañuelos, un espacio perfecto para disfrutar de esta afición. El protagonismo se lo llevan las aves esteparias, que se asientan en esta zona formando poblaciones estables.

En el punto más alto del pueblo se encuentra la Peña de San Jorge, un mirador natural que ofrece una de las mejores panorámicas de la comarca. Desde allí, el visitante puede contemplar el típico paisaje castellano de la Ribera del Duero, con sus campos de cultivo, viñedos y pequeñas manchas de encinar que se extienden hasta perderse en el horizonte.

Uno de los pueblos más bonitos de España

Caleruega de noche. (Foto: Asociación de los pueblos más bonitos de España)

Desde 2017, Caleruega forma parte de la Asociación de los Pueblos Más Bonitos de España, un reconocimiento que certifica tanto el valor de su patrimonio como el cuidado de su entorno. Historia medieval, naturaleza, tradición y nuevos atractivos como los campos de lavanda convierten este pueblo en un destino donde pasado y presente se fusionan para ofrecer una experiencia inolvidable.