Somos seres complejos, con unos procesos evolutivos que estamos lejos de entender del todo. Y más allá de eso, como cada paso que hemos dado hasta el ser humano actual suponía alteraciones en aspectos insospechados. 

Ahora, investigadores de la Universidad de Zurich apuntan a un proceso desconocido hasta la fecha. Cómo la alimentación de los humanos supuso la aparición de nuevos fonemas. 

Es la historia conocida, aunque no se determine todavía bien su orden y cómo se produjo cada innovación. Cuando el ser humano comenzó a caminar erguido, las manos quedaron libres para transportar objetos. Esa función, como ocurre en muchas especies animales, correspondía a la boca. Cuando esta quedó liberada de esa misión, pudo comenzar a desarrollar sonidos cada vez más complejos. Hasta dar con el lenguaje estructurado.

Hace 10.000 años

En la universidad de Zurich afirmar que mucho tiempo después, en el Neolítico se produjo otra alteración. La nueva dieta, en la que empezaron a abundar los cereales y legumbres, exigió menos esfuerzo a la lengua y mandíbula. Esta nueva mordida, más suave, redujo la distancia en las articulaciones bilabiales y en la relación entre la lengua, los labios y los dientes

Esto provocó la aparición de nuevos sonidos. Sobre todo los que consideramos fonemas fricativos en español. En concreto. los fonemas con efe y algunos con uve en ciertos acentos

El aspecto más relevante del estudio es que vuelve a poner sobre la mesa la importancia del entorno en cuanto a nuestra evolución, física o cultural. Hasta ahora, las teorías con mayor aceptación eran las que eliminaban cualquier implicación ambiental en los cambios biológicos. 

Los autores del estudio aseguran que los cambios en la dieta y en el procesado de los alimentos durante la adolescencia, genera cambios que ofrecen nuevas posibilidades en la edad faculta. Incluso hasta llegar a modificar el lenguaje.