Es algo insólito, que hasta ahora no ha conseguido ningún país. China se aventura a explorar los secretos de la Luna, con la sonda lunar Chang E 4 que lanzó el pasado sábado y con la que espera llevar a cabo el primer aterrizaje jamás realizado en la cara oculta de este satéltite, según la agencia estatal de noticias Xinhua.

El cohete Gran Marcha-3B transporta la sonda, que incluye un módulo y un vehículo explorador, y despegó del Centro de Lanzamiento de Satélites de Xichang, en la provincia de Sichuan (suroeste). Según la Administración Nacional del Espacio de China, la misión va a realizar tareas de observación astronómica, análisis de terreno y relieve, detección de composición mineral y estructura de la superficie lunar poco profunda y medición de la radiación de neutrones y átomos neutrales, esto último para estudiar el medio ambiente en este lado de la Luna. El objetivo final del programa es una misión tripulada a la Luna a largo plazo, en una fecha que aún no ha sido fijada, y algunos expertos ubican en torno al año 2036.

Además, la Chang E 4 transporta un pequeño recipiente con semillas de patata y de arabidopsis, una planta herbácea, para plantarlas en esta superficie, siempre de acuerdo con Xinhua. También transporta huevos de gusanos de seda, cuya evolución se grabará en vídeo, para controlarse desde la Tierra.

Programas espaciales pioneros como el soviético o el estadounidense ya lograron hace más de medio siglo fotografiar la cara oculta de la Luna, pero nunca han alunizado allí. En 1962, también una misión no tripulada estadounidense lo intentó sin éxito. El pasado mes de mayo, China dio el primer paso para esta nueva misión con el lanzamiento de un satélite para facilitar las comunicaciones entre la cara oculta lunar y los centros de control en la Tierra. El programa Chang E (bautizado así en honor a una diosa que según las leyendas chinas vive en la Luna) comenzó con el lanzamiento de una primera sonda orbital en 2007, y desde entonces se han llevado al satélite de la Tierra cuatro aparatos.