A veces es difícil convivir con la publicidad. Nos moleste, nos estorba. Nos impide ver lo que queremos ver o nos interrumpe en lo mejor de la película. Pero también tebeos que pensar que la publicad muchas veces nos informa de cosas que sí nos interesan. Y además, sostiene el negocio. De los medios, de las empresas y, en último término, de nuestros sueldos.

Medios, empresas y usuarios

En los últimos tiempos se está librando una sorda batalla en Internet. Los contendientes son los medios, los usuarios y las empresas. Es cierto que el formato publicitario en Internet no acaba de encontrar su lugar. Mientras que en la tele estamos ya acostumbrados a los anuncios, en online no nos habituamos a que, de pronto, un anuncio nos salte en medio del artículo que queremos ver. Así que cerca del 20% de usuarios se han instalado en sus navegadores programas que bloquean anuncios. Los populares adblockers se extienden entre los internautas a una velocidad increíble. Al mismo tiempo, los medios ven cómo sus ingresos publicitarios menguan.

Bloqueo contra el bloqueo

Básicamente esto se debe al modelo de negocio de la publicidad en Internet. Al ser tan fácil rastrear los anuncios, el pago de las empresas se hace por impactos. Si no hay impacto, no hay pago. Y si el usuario bloquea el anuncio, el medio se queda sin cobrar. La cosa está tomando tal cariz que los medios están empezando a reaccionar. Y lo están haciendo de manera algo agresiva. Básicamente, muchos de ellos, si tienes instalado el bloqueador de publicidad, te impiden ver el contenido. Así lo hizo The Washington Post a finales del pasado año durante unos días. Incluso en Francia, hace nada menos que dos años, varias publicaciones se plantearon demandar a AdBlock, el principal programa de este tipo. Ahora son medios españoles los que anuncian que impedirán a los usuarios ver su contenido si no desinstalan o pausan los bloqueadores. Arguyen que para ver unos contenidos que les cuesta crear, es lícito pedir a los usuarios que vean los anuncios que les mantienen. Y los usuarios argumentan que si detienen el bloqueador, los anuncios intrusivos les impedirán de todos modos ver ese contenido. Diferentes intereses, distintas sensibilidades y ninguna solución efectiva. Parece mentira que en un medio tan avanzado, todavía falten por definir elementos tan esenciales.