José Eugenio Arias-Camisón, el dueño ultraderechista del Asador Guadalmina en Marbella, vuelve a ser noticia por el nuevo cartel que ha colgado en su establecimiento, en el que ataca de manera homófoba al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El rótulo, además de exigir la dimisión del político, se le ataca por su orientación sexual de manera abierta. “Dimitir es cosa de hombres, a ver como se lo explicas a este…”, reza la parte superior del cartel junto a la imagen del socialista. “Él confundiría dimitir con “Dimitri” y se pensará que es uno del este de esos que tanto le gustan”, continúa la pancarta, para rematar con el nombre del asador estampado encima de la bandera rojigualda, como su dueño acostumbra a hacer.

Sus ataques homófobos contra Marlaska
Esta no es la primera vez que el ministro socialista es la diana del que se describe como 'hostelero antirrojos'. Ya durante el pasado mes de febrero el Asador Guadalmina incluyó en su restaurante un cartel luminoso en el que se podía leer “Marlaska, asesino. Sánchez, cómplice. ¡Viva la Guardia Civil y viva España!”.
Los insultos homófobos contra el político tampoco son nada nuevo. El ultraderechista ya había colgado previamente carteles en el que le llamaba “ministra Marlaska”, aireando también el sexismo que caracteriza sus ataques a la clase política.
Sin embargo, antes de ello ya habían pasado por su establecimiento una ristra de carteles contra el presidente del Gobierno, al que llegó a amenazar de muerte diciendo que “si tengo que liarme a tiros, lo haré” en un vídeo difundido a través de varias plataformas. Con la actitud violenta y amenazante que lo caracteriza, el ultraderechista ha pedido la dimisión y prisión de Sánchez en varias ocasiones, además de alzarse en redes sociales contra “la izquierda” de manera genérica.
"Qué poco activos en redes sociales están los rojos vagos los domingos. La noche del sábado les confunde. Venga, escoria, seguid insultando e injuriando, mis abogados están aburridos, necesitan marcha. Eso sí, no seáis cobardes, dad la cara y poned el perfil real, como yo", escribía hace unos meses en la red social X.
Carteles contra el gobierno
Otras figuras públicas como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, también han sido víctimas de los insultos y ataques del dueño del restaurante más polémico de Marbella. Arias-Camisón, apodó “Chiqui La Montero” y “Portavoza Miarma” a la socialista para ridiculizarla en sus carteles. Algo que también hizo con Iglesias, que protagonizó varios pancartas exhibidas en su establecimiento y que abogaban por su dimisión como vicepresidente.
También durante este momento, el dueño del asador se dedicó a vender botellas de vino con la imagen del líder de Podemos y Pedro Sánchez en la cárcel vestidos de presidiarios y en la que se exigía la renuncia del entonces Gobierno de España. Esta es la misma jugada que ya hizo años atrás, durante su etapa de opositor a la ley antitabaco, pero en esa ocasión utilizó las fotografías de Zapatero y Rubalcaba.
Detenido en Cáceres
La popularidad de Arias-Camisón llegó en 2011, cuándo protagonizó una muy contundente oposición a la ley antitabaco, impulsada por el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Finalmente, este fue multado por incumplir la medida y permitir fumar a los clientes en su asador con una sanción de 90.000 euros que se acabó quedando en 6.000.
Desde ese momento, el dueño del Asador Guadalmina ha protagonizado infinidad de enfrentamientos contra miembros de Podemos y PSOE, llegando a pedir que se hicieran escraches frente a la casa de Irene Montero o amenazar de muerte a Pedro Sánchez.
Además, el polémico hostelero fue detenido durante el pasado mes de junio en Cáceres, mientras se encontraba hospedado en un parador junto a su pareja. Tal y cómo él mismo contó posteriormente en las redes, dos agentes se presenciaron en el lugar dónde se alojaba a las 2:00 horas de la madrugada con una una orden de detención, que según el ultraderechista respondía a "un error judicial", ya que la un juzgado de Málaga no había conseguido hacerle llegar la citación para un juicio pendiente.
El dueño del Asador Guadalmina denunció entonces que se le estaba "sometiendo a una persecución política" y que había tenido que pasar la noche en el calabozo.