El icónico presentador de televisión y periodista Jordi Évole ha escrito este sábado una columna de opinión en La Vanguardia, titulada Saber decir que no, en el que el comunicador, haciéndose eco del abrupto final de Lis Truss como primera ministra de Reino Unido, ha aprovechado para hacer una reflexión destacando la importancia de saber negarse y dar un paso al lado a veces.

“Qué bien le hubiese ido a Liz Truss si en el momento más decisivo de su carrera política hubiese sabido decir que no”, ha empezado escribiendo Évole, destacando que “si hace 47 días esa hubiese sido su decisión, hoy no se vería en memes al lado de una lechuga que al final ha sobrevivido más días que ella”.

Asimismo, Evole también ha reflexionado sobre que a los medios más afines a la derecha no se les haya ocurrido mofarse de Pedro Sánchez, al igual que lo han hecho los tabloides ingleses con Truss: “Imagino la rabia de los tabloides españoles, que los hay, por no haberse inventado algo similar con nuestro primer ministro: ‘¿Quién aguantará más, Pedro Sánchez o este melón?’”. “Aunque en ese caso el melón se podriría, dada la demostrada capacidad de resistencia de Sánchez, que empieza a asustar al mismísimo Feijóo. Observen la cara que se le está poniendo últimamente al líder conservador”, ha añadido al respecto.

El pueblo de Tarragona que no quiere ser bonito

En este sentido, y volviendo a la idea central de la columna -saber decir que no a veces-, Évole ha puesto de manifiesto la sorprendente decisión que ha tomado el alcalde de Siurana (Tarragona), rechazando que el pueblo se sumara la lista de Pueblos más Bonitos de España. “¿Qué alcalde iba a rechazar semejante privilegio? Pues este, que ha pensado que una distinción como esa era un regalo envenenado­ para Siurana, y que podía hacer morir de éxito a su pueblo por exceso de visitantes”, ha subrayado.

“La visita anual a Siurana ha sido una cita obligatoria, el pueblo al que llevabas a tus parientes, a tus amigos, a tus novias, para demostrarles que aquello era un paraíso aún por descubrir. Las últimas visitas ya no fueron tan idílicas por la multitud de turistas que también querían conocer, y en su derecho están, el paraíso. Siurana ya estaba a punto de morir de éxito, y un galardón como el de Pueblo más Bonito de España le hubiese dado la puntilla”, ha sentenciado.