Omar Montes vuelve a estar en el foco, esta vez por una denuncia que ha desatado la indignación de las redes sociales. El cantante ha relatado un presunto episodio de racismo que vivió en la estación de tren de Alicante cuando un agente de seguridad lo agarró por sorpresa al sospechar que había robado. “Qué pena que en 2025 todavía estemos así... puto racismo”, escribió Montes en sus redes sociales, visiblemente afectado.
Pensó que era un ladrón por mi aspecto
Omar Montes, uno de los artistas urbanos más populares del panorama español, ha denunciado públicamente un acto de discriminación racial vivido este lunes mientras se disponía a coger un AVE en Alicante. A través de un vídeo compartido en Instagram, el cantante relató que un guardia de seguridad lo retuvo de forma violenta, agarrándole la mochila por la espalda.
“Me ha agarrado sin decir nada, como si fuera un delincuente”, contó visiblemente molesto. El músico explicó que iba con prisa para no perder el tren y que no había hecho nada sospechoso. Según Montes, el vigilante no ofreció ninguna explicación clara, salvo una vaga acusación de que “parecía que se había llevado algo”.
Para el artista, no hay dudas: se trató de un acto de racismo.
Este incidente no es un hecho aislado en la vida de Omar Montes. En varias entrevistas, el artista ha reconocido haber sufrido discriminación desde joven por su origen humilde y su apariencia. “Cuando no era famoso, pasaban muchas cosas como estas. Ahora parece que por ser conocido te libras, pero ya ves”, comentó en otra publicación posterior.
Montes, que alcanzó la fama tras su paso por realities como Gran Hermano VIP y su fulgurante carrera musical, se ha convertido en una figura con fuerte arraigo en los barrios populares y en las generaciones más jóvenes. Su denuncia tiene un fuerte eco mediático, pero también interpela a una realidad mucho más amplia y silenciada.
Hasta el momento, ni Renfe ni la empresa de seguridad privada encargada del control en la estación de Alicante han emitido un comunicado oficial.
La experiencia relatada por Omar Montes pone de relieve una realidad incómoda: el racismo cotidiano, también en espacios públicos y bajo la apariencia de “protocolos de seguridad”. Que alguien con la visibilidad de Montes lo denuncie, es una llamada de atención para que se deje de normalizar lo inaceptable.