Ha transcurrido algo más de una semana desde que el mundo de la cultura despidiera a Enrique San Franciscofallecido a los 65 años a causa de una neumonía bilateral. Tras ocho días, emerge de entre las “sombras” la que fue la pareja del actor y humorista, una mujer rusa que ha hecho pública su relación y quien le ha homenajeado a través de las páginas de ¡Hola!

Tatiana Muravyova ha sido la discreta novia de Quique San Francisco durante los últimos 19 años sin que haya constancia de un solo documento gráfico que la pusiera en el candelero. El entorno del actor describió a Informalia la “bellísima persona” que era Tatiana y cómo “se dedicó en cuerpo y alma” al humorista durante las casi dos décadas de su relación.

Poco después, Tatiana concedió una entrevista a la revista ¡Hola! en la que confesó que “siempre” se sintió “más a gusto en la sombra”. “Era nuestro mundo al margen de todo. Los dos estábamos de acuerdo. Era su Tati escondida”, reconoce la mujer de 53 años, que ejerce como profesora de Educación Infantil.

Tatiana revela que a los dos les hacía ilusión dar entrevista una vez Quique San Francisco abandonara el hospital. “Queríamos hacerlo en la casa a la que soñábamos trasladarnos cuando superara la enfermedad”, deslizó la pareja del humorista, quien ha advertido que no tiene intención material, sino que lo hace “por amor”.

Recuerda en la entrevista cómo conoció al actor en el año 2002, cuando un amigo común les presentó tras el accidente de moto que sufrió San Francisco. “Es el más golfo de España, pero te vas a morir de risa”, revela Tatiana en alusión a las palabras que le transmitieron cuando se conocieron.

Además de quererlo, lo cuidé hasta el último momento”, asegura Tatiana, entre lágrimas. Describe a su pareja como un “maestro de la vida” aunque reconoce que “a veces me costaba entender su mundo”. “Era igual en el escenario que en casa y a veces tenía la sensación de estar viviendo una película interminable”, apostilla.

Tras casi veinte años de relación, Tatiana reconoce que no sabe cómo será su vida sin su compañero de viaje. “Me falta algo, tengo un vacío enorme”, admite la mujer antes de expresar que le echa “terriblemente” de menos.