La Casa Real afronta este año 2020 la que es sin duda la Navidad más difícil de sus últimos años debido a la falta de confianza en una Institución que se ha visto seriamente dañada por los escándalos del emérito Juan Carlos.

Felipe VI busca marcar distancias respecto a los errores y comportamientos de su padre, intentando devolver la confianza en una Corona muy dañada.

Desde luego, tanto la cena de Nochebuena como la comida de Navidad serán muy amargas en Zarzuela. Los familiares del Rey no se verán las caras y no solo a causa de las restricciones de la pandemia del coronavirus, sino debido a la difícil situación personal que muchos atraviesan. Situaciones que oscilan desde el tercer grado de Iñaki Urdangarín hasta el autoexilio del emérito en Abu Dabi.

Cuesta encontrar una Navidad más difícil que esta de 2020 en la historia reciente de la monarquía española. Según la prestigiosa periodista especializado en la Casa Real, Pilar Eyre, Felipe y Letizia se preparan sin duda para la peor Navidad de sus vidas como familia y como institución.

Aquella noche de 2001

A este respecto, Jaime Peñafiel considera que esta Nochebuena le recordará la del 22 de diciembre de 2001, cuando la Reina Sofía, con “una total falta de sentimientos”, decidió mantener la cena.

“A esa hora, la Infanta Elena, que entonces parecía amar a su marido, permanecía a solas en el hospital Gregorio Marañón, con el rostro bañado por las lágrimas pegado a la cristalera que la separaba de aquel medio ser que era Jaime Marichalar, su marido. El día anterior, 22 de diciembre a las 19.30, había sufrido un gravísimo ictus cerebral, dejándole de ser quien era”, recuerda el periodista de ‘El Mundo’.

“A lo peor, Doña Sofía, como hoy Felipe con su padre, pensaba que cada cual lleve su cruz. Así de egoístas y crueles suelen ser las familias reales. ¡Lágrimas de sangre si Don Juan Carlos muere en el exilio!”, subraya al respecto Peñafiel.