La Casa Real afronta este 24 de diciembre la que es sin duda la Nochebuena más difícil de sus últimos años debido a la falta de confianza en una Institución que se ha visto seriamente dañada por los escándalos del emérito Juan Carlos.

Felipe VI pronunciará sin duda el discurso más difícil de su reinado por las circunstancias especiales en las que se produce. El rey busca marcar distancias respecto a los errores y comportamientos de su padre, intentando devolver así la confianza en una Corona muy dañada.

Aquellas palabras de Juan Carlos

Cabe recordar que Juan Carlos pasó por un trance parecido en la Navidad de 2011, tras estallar el caso Nóos, en el que estaba implicado su yerno, Iñaki Urdangarín. Aquella Nochebuena los entonces Duques de Palma no asistieron por primera vez a la cena en La Zarzuela.

Fue entonces cuando Don Juan Carlos afirmó que “la Justicia es igual para todos”. Lo que no se sabía entonces es que estas palabras se pronunciaban pocas semanas después de recibir una presunta comisión de 100 millones de euros por parte del rey de Arabia Suadí por la construcción del AVE a La Meca. 

En concreto, este donativo se realizó a través de la Fundación Lucum, que fue creada el 31 de julio de 2008 en Panamá. Tan solo unos meses después, en su tradicional discurso de Nochebuena, Juan Carlos I exigía “ética” a la población española así como anteponer siempre “el interés general sobre el particular”.

“Juntos podremos vencer problemas y dificultades si actuamos con realismo, rigor, ética y mucho esfuerzo, anteponiendo siempre el interés general sobre el particular, buscando acuerdos y soluciones con generosidad, responsabilidad y amplitud de miras”, afirmó sin inmutarse.

Años más tarde, en 2012, 65 millones de euros fueron traspasados supuestamente desde la Fundación Lucum a la cuenta de su amante Corinna zu-Sayn-Wittgenstein. Tras esta operación, dicha sociedad se disolvió pero el monarca seguía impartiendo doctrina en sus discursos de Nochebuena.

De hecho, ese mismo año, Juan Carlos reivindicaba la “política grande”, esa que fija su atención “en el interés general y en el bienestar de los ciudadanos. La que se cimienta en el espíritu de servicio y se acomoda a los principios de la ética personal y social”.