Mario Vaquerizo se ha pronunciado sobre el caso de Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho, y la situación que vive en Tailandia tras haber asesinado y descuartizado presuntamente al cirujano colombiano Edwin Arrieta. El cantante ha respondido sobre el tema hablando concretamente de Rodolfo Sancho en el último evento en el que ha aparecido y ante los micrófonos de Europa Press.

Vaquerizo ha reconocido la afinidad que tiene con Rodolfo Sancho: “A Rodolfo le tengo mucha simpatía. No hemos trabajado nunca, pero sí es cierto que hemos coincidido muchas veces. Yo recuerdo un día estar con su padre, con su hermano y con él en la sala de los Goya cuando yo representaba a Elsa Pataky. No somos íntimos, pero nos tenemos simpatía, eso me ha demostrado siempre él”.

Después, el cantante se ha puesto en la postura de Rodolfo Sancho al tener que soportarse y enfrentarse a una situación tan complicada con su hijo: “Creo que no es agradable pasar por la situación que está pasando él (…) Creo que hay que dejarle que se manifieste cuando el quiera, como el quiera y como pueda. Tiene que ser muy difícil verse en esa situación”.

Además, desde Europa Press también se le ha preguntado a Mario Vaquerizo por la actitud desafiante y prepotente que mostró Sancho frente a los reporteros durante su viaje a Tailandia para visitar a su hijo. Ante esta pregunta, Vaquerizo ha respondido: “Hoy en día todo es criticable y es un coñazo, con perdón. Un día puedes tener un mal día o simplemente no te apetece hablar. Creo que tenemos que respetar. Pido respeto, única y exclusivamente. Lo que quiero para mí lo quiero para los demás”.

“Muchas veces nos hemos vuelto muy impositivos y muy imperativos y queremos obligar a que las personas digan lo que tú pienses o quieres escuchar lo que quieres oír y yo creo en el individuo. Cada uno se puede manifestar como quiera”, ha rematado Vaquerizo, no sin antes mandar “todo” su apoyo a “los Sancho”, porque los considera “muy buena gente”.

Las palabras de Rodolfo Sancho en Tailandia

En su viaje a Tailandia, Rodolfo Sancho se mostró visiblemente molesto, cabreado y compareció por “primera y última vez” ante la prensa tras salir de la cárcel en la que se encuentra preso su hijo. “Para esa parte de la prensa que cree que yo estoy por los suelos llorando, eso no soy yo. Hay dos formas de tomarse cuando vienen las cosas en la vida, como una desgracia o como un reto. Creo que he dicho suficiente. No van a conseguir lágrimas de mí”, aseguró.

Además, añadió que confiaba en la Justicia para decidir sobre el futuro de su hijo: “Creemos en la Justicia y en cómo funcionan las cosas. Y no solo eso, sino que, decir que mi hijo ama profundamente a este país, por eso venía, a su cultura, su gente”.

Daniel Sancho, sin abogado

La información se desvelaba el pasado martes por el portavoz de la de la familia, Ramón Chipirrás. Concretamente, Daniel Sancho se ha quedado sin abogado por la decisión drástica que ha tomado el padre, que ha decidido prescindir del bufete de abogados que asesoraba a su hijo: “Se ha dejado de trabajar con el despacho de Don Fernando Oca, agradeciendo, como no puede ser de otra manera, el trabajo realizado hasta ahora tanto por Fernando Oca como por el letrado Kunh Anan. A partir de ahora se está trabajando para buscar solución a la defensa de Daniel en Tailandia”.

Esta decisión, adoptada por Rodolfo Sancho, tuvo su inicio en la visita que el actor hizo a su hijo en Tailandia para reencontrarse con él por primera vez tras lo sucedido. El progenitor de Daniel Sancho estalló después de que la encargada de trabajar para el bufete desde Tailandia cometiese una serie de negligencias a los ojos de Rodolfo. Concretamente, Kunh Anan no solitó los informes sobre las actuaciones policiales ni en los interiores ni en los exteriores del edificio en el que Daniel asesinó brutalmente al cirujano.

“Rodolfo Sancho acudió a los juzgados y pidió un cambio de abogado, prefiere alguien que pueda traducir directamente conversaciones del tailandés al castellano”, expuso Andrea Suñé en el programa de Telecinco Así es la vida.