Por si aún hubiera alguna duda, Malú lo ha confirmado. La artista se abrió en canal ante Risto Mejide en el programa de Viajando con Chester, donde admitió que, efectivamente, se marcó “un Shakira” tras su ruptura con Albert Rivera. No obstante, ha asegurado que es algo que ha hecho durante sus 25 años de carrera, motivo por el cual protagonizó el capítulo de este miércoles del espacio de la segunda cadena de Mediaset. “Tengo una canción para cada momento de mi vida”, confesó la intérprete ante las preguntas del presentador.

Malú es poco partidaria de lavar los trapos sucios de su vida privada al calor del foco mediático. Sin embargo, esta vez, sin que sirva de precedente, la cantante, que conmemora sus bodas de plata sobre los escenarios, abrió una grieta a sus interioridades ante Risto Mejide, en el programa de Viajando con Chester (Cuatro) de este miércoles. Tras trece álbumes de estudio y toda vez ha dejado atrás su baja por maternidad ha vuelto a grabar para su A todo sí, un recopilatorio para festejar sus 25 años sobre la tarima.

Cada canción de Malú tiene algo intrínseco, una porción de su vida, de sus sentimientos del momento en que se compuso. Así lo ha admitido ante Risto Mejide, en un momento en el que se ha hilado con su ruptura con Albert Rivera, relación de la cual es fruto su única hija, Lucía, que llegó al mundo el 6 de junio de 2020. La llama con el exdirigente de Ciudadanos se apagó el pasado mes de junio, tras cinco años de noviazgo.

Se hizo un Shakira

Al revisitar su catálogo, Malú detectó que tiene “una canción para cada momento” de su vida. “Me he dado cuenta”, admitió la cantante, al tiempo que dejaba al aire, al menos de manera implícita, el motivo de la separación con Albert Rivera. “Creo que la llegada de un hijo multiplica lo que había en la pareja planteado como lo bueno y lo malo. También creo que separa mucho si las dos personas no están en el mismo sitio. Crea un mundo”, explicó la intérprete.

Por ello, pese a ser reacia a airear cuestiones de ámbito privado, Malú ha admitido que se “marcó un Shakira” tras la ruptura con Rivera. No obstante, no es algo nuevo para ella: “He hecho lo que he hecho toda mi vida, contar una realidad, contar un dolor”, explicaba la sobrina del mítico Paco de Lucía, quien asimismo reconoce que está metida de lleno en su papel de madre. Ello le condujo a un cierto distanciamiento de los escenarios, lógico por otro lado, aunque sostiene que lo “echaba de menos”.

“He invertido tres años de crianza. Me encantó, aunque era agotador. He vuelto a mirarme al espejo tres años después. El cuerpo me pedía salir, disfrutar”, confesaba la cantante, quien precisa que quería que su hija naciera por cesárea, aunque finalmente fue un parto natural de 12 horas porque la bebe se encajaba. Se trata de uno de los momentos más felices de su vida, pero, al mismo tiempo, conllevaba algo de tristeza. Al nacer en plena pandemia, con todos los condicionantes que ello comporta, el padre de Lucía, Albert Rivera, no pudo estar presente en el momento del nacimiento de su hija.

Por ello, Malú puso sobre la mesa la importancia de tratar el estado de salud mental de la mujer recién parida y desquitarse de este tema tabú. Admitió que le “encantaba” su bebé; de hecho “la amaba”, pero había una “desconexión entre” su cuerpo, su hija y ella misma. “Fue difícil. Tenemos la imagen de que parimos y estamos estupendas, como haciendo abdominales. Yo salí horrorosa del parto”, recuerda la intérprete, que está a punto de empezar con su gira A todo sí. 25 años de aprendiz.

Relación con Rivera

En sus cuatro años de relación, Malú y Rivera se mostraron discretos, fuera del foco mediático y muy celoso de su intimidad, a excepción del anuncio del embarazo de Malú, en 2019, y el nacimiento de su hija en común.

Sobre la ruptura ya se había pronunciado anteriormente, el pasado mes de agosto. Malú dijo en aquella ocasión: “No soy la primera persona, ni seré la última, que se separa. En ocasiones, crees en algo y luchas por ello con todas tus fuerzas, pero a veces no se da. Y eso no es culpa de nadie, no es malo ni bueno, sucede sin más”.

“Hay que tratar de entenderlo y asumirlo de la mejor forma posible. Pienso, de verdad, que las cosas hay que hacerlas bien, aunque evidentemente es mucho más fácil empezar una relación que salir de ella. Pero cuando te vas de un sitio conviene recordar cómo entraste. Y eso, con seguridad, te ayuda a olvidar por qué te marchas y a traspasar la puerta con lo bueno en tu cabeza”, argumentó.