A través de ‘Una vida Bárbara’, la docuserie impulsada por Antena 3, Bárbara Rey desgrana en varios capítulos momentos de su vida de lo más desconocidos, tanto de los aspectos públicos como de los privados, aunque estos últimos han sido los más curiosos, a la vez que estremecedores.

Y estremecedores por lo que ha dado a conocer acerca de su relación con Ángel Cristo, especialmente sobre el proceso que llevó a la ruptura del matrimonio. “Él conmigo no podía ser más encantador”, señaló al rememorar los inicios de su noviazgo, cuando él era un domador reputado y ella una de las mujeres más deseadas del país.

Después de su boda en 1980, Rey reconoció que el comportamiento de su marido no tardó en cambiar. El primer episodio que hizo saltar las alarmas sucedió tras el primer aniversario, cuando la actriz le contó al domador que se reencontró casualmente en Madrid con el torero Paquirri, quien fue pareja suya, momento en el que Cristo la abofeteó. “’Te vas a Madrid para verte con tu amante’. Y ahí me quedé que no sabía qué estaba pasando”, recordó en el programa de televisión.

En los nueve años siguientes que el matrimonio siguió manteniéndose en pie, los celos e inseguridades del domador se acrecentaron por momentos: “Ángel me ha pegado muchas veces, pero los malos tratos psíquicos fueron muchos más que los físicos. (…) Dejé de tener sentido del humor, dejé de contar chistes, dejé de ser quien era”, lamentó.

Cuando quedó embarazada de su hijo Ángel, Bárbara Rey descubrió que su marido le era infiel con otra mujer que, después, supo que era una amiga cercana. Pero la peor parte vino cuando Cristo comenzó a drogarse.

Agresiones y amenazas constantes

Fue el domador quien le pidió a la actriz que quería el divorcio.  En el momento de firmar los papeles ante los abogados, Cristo forzó a que Rey firmase un acuerdo de separación en el que ella tuvo que renunciar a todos los bienes que compartían juntos. “Solamente puso que me quedaría a vivir con los niños, mientras que él me pasaría una pensión de 500.000 pesetas”, desveló en la docuserie.

No obstante, este no fue el fin del infierno para la artista, ya que Ángel Cristo frecuentaba su casa con regularidad: “Me insultaba, le daba una patada a la puerta de mi dormitorio cuando estaba separada de él y me violaba, escupiéndome en la cara y llamándome puta”, confesó Bárbara Rey entre lágrimas.

En una de estas estremecedoras visitas, el domador acudió con un arma de fuego, dispuesto a dañar a su exmujer disparando hacia sus piernas, aunque ella consiguió esquivar la bala. En otro episodio similar, Cristo llegó a coger un cuchillo de cocina con la intención de clavárselo y, tras ponerse a salvo gracias a la intervención del fotógrafo Manolo Carrero, tomó la decisión definitiva de denunciarlo por malos tratos.

Finalmente, el juez le dio a Bárbara Rey la custodia de los hijos y obligó a Cristo a pagar una pensión. Pese a esta complicada situación, a posteriori Rey acompañó en multitud de ocasiones a su ex en su problema con el alcohol y las drogas hasta su fallecimiento en 2010 a causa de un paro cardíaco.