Edurne Pasabán es una de esas deportistas cuyo nombre queda grabado para siempre en los libros de historia. La de Guipúzcoa fue la primera mujer del mundo en escalar los catorce ochomiles de las cordilleras del Himalaya y Karakorum, cumpliendo dicha gesta entre 2001 y 2010. Sin embargo, la también ingeniera industrial tuvo que enfrentarse a batallas mucho más duras que las que le planteó la escalada, tal y como ha confesado en una entrevista con El País, donde ha hablado de la depresión que padeció y de los intentos de suicidio a los que tuvo que hacer frente.
“Mi depresión nace en 2006. Todo se detona porque me deja una pareja y tiene que ver con compaginar una cosa que me apasiona con otra que deseaba. Caigo en un agujero y culpo a la montaña. Me decían: “Cuánto vas a la montaña, cómo vas a tener a alguien que te aguante…”. No fue que la montaña me agobiara o la presión de acabar los 14. Ese año es el único que no subo a un ochomil, mi batería se agota, desconecto. Tuve mucha ayuda en la familia y en mi gente de los ochomiles. Ellos sabían que me tenían que convencer para volver”, expresa la alpinista en la entrevista.
“Fueron momentos muy duros. El lunes cumplo 49 años. Me parece una brutalidad. El tiempo pasa súper rápido y no quiero cumplir años. Tengo tantas cosas que quiero hacer que no me da tiempo. Me hago mayor, no puedo hacer las cosas como antes y me jode. Literalmente, me jode hacerme mayor. Pensando en esto hace unos días, volví a ese 2006 y me dije: ¿Cómo he intentado quitarme la vida diciendo que esto es una mierda, que no me merece la pena vivir? Gracias que aquello no ocurrió. Soy de las personas afortunadas para las que querer quitarme la vida no funcionó, o no fui lo suficientemente valiente. Qué suerte”, se sincera Pasabán, en relación a los intentos de suicidio con los que tuvo que lidiar.
“La depresión sigue siendo un tabú”
Dentro de la misma entrevista, Pasabán hace un alegato en defensa de la salud mental, recordando la importancia de cuidarla y de pedir ayuda si se están atravesando momentos complicados:
Esto de Edurne Pasaban hoy en El País 👇🏼 pic.twitter.com/cWV5i71jGw
— José Luis Sastre (@jl_sastre) July 31, 2022
“Mi punto más bajo fue ingresar en un hospital psiquiátrico. La depresión sigue siendo un tabú. Si me detectan un tumor, voy hoy mismo a tratarme. Pero cuando tienes una enfermedad mental y has de dar ese paso es súper duro. Tu familia, tu entorno, tú, la sociedad, no lo acepta. Cuando me ingresan, mi hermano le hace parar el coche a mi padre diciendo que cómo me iban a dejar ahí dentro. Y mi madre dejó de ir a tomar café por las mañanas con las amigas para no dar explicaciones. Si yo hubiera tenido un cáncer y hubiera estado en quimioterapia, no hubiera hecho lo mismo”, relata.
“Pide ayuda. Ese es mi mensaje. Ese es el gran problema de nuestros jóvenes, que no piden ayuda. Por miedo al rechazo, al no”, sostiene, poniendo de manifiesto la importancia de exteriorizar los problemas de salud mental para poder obtener ayuda y curarse.