El robo más grande jamás contado, El robo del siglo o El gran golpe, Asalto al tren del dinero, La caja 507 y así podríamos continuar hasta llegar a los más de cien títulos de películas enmarcadas en el género de la comedia, el thriller o el de aventuras, eso sí, con la imagen perpetua de los ladrones como grandes protagonistas. Casi siempre aparece un banco. Lógico porque este sector, aquí y en Suiza, es el que guarda nuestros dineros... para bien y para mal.

Ahora, a los cacos de poca monta, a los más elegantes, a los que lo hacen por necesidad o por casualidad, hay que sumar a aquellos que se sirven de las nuevas tecnologías y que no precisan tener cuidado con huellas dactilares, cámaras de seguridad o presencia policial. Son los nuevos amigos de lo ajeno desde la distancia, los hackers. Su forma de actuar dificulta aún más si cabe su localización.

El más grande
De sus métodos y la complicación de su seguimiento se ha conocido estos días, tras hacerse público un robo ocurrido en 2013. Lo ha publicado The New York Times. Es el robo de cientos de millones de dolares a bancos de todo el mundo.

Lo ha revelado la empresa de seguridad informática Kaspersky, cuyos responsables han asegurado que el objetivo lo consiguieron los hackers gracias a su infiltración en los sistemas informáticos de las diferentes entidades y a todos los niveles.

Un cajero que vomita dinero
Una de las curiosidades de este asunto tiene que ver con el origen de las sospechas y, claro está, de las investigaciones. En los últimas semanas de 2013, en la ciudad de Kiev, un cajero automático empezó a soltar dinero a los transeúntes a diferentes horas del día. Lo que en un primer momento pareció ser una de esas casualidades que a veces depara la tecnología, respondió en realidad a una parte de la estrategia utilizada por los hackers y que, a la postre, les ha llevado a perpetrar un robo cuantioso desde el punto de vista económico.

Desde luego la historia es de película porque según recoge el rotativo neoyorkino en palabras de uno de los responsables de Kaspersky se trata del robo con mayor sofisticación de la historia, puesto que gracias al malware que los cacos instalaron en las sucursales pudieron controlar primero y suplantar después a sus empleados.

Más de cien bancos
Uno de los datos que más llaman la atención de los ofrecidos por la mencionada empresa de seguridad informática es que los bancos afectados por estos robos llegan al centenar.

Además del modus operandi centrado en el hackeo de cuentas, las mentes pensantes del robo eran también muy cuidadosas y los más de 300 millones de dólares que han desaparecido se fueron sustrayendo a través de pequeñas cantidades en su gran mayoría.

Por cierto, aquellos que transeúntes que pasaban por delante del cajero que escupía dinero no eran simples ciudadanos, o sí, pero conocedores de las horas exactas en las que se producía el 'milagro'.

Si algún cineasta o aficionado al séptimo arte está pensando en la realización de un film en el que se cambien a los ladrones de guante blanco de siempre por hackers, debe saber que la cosa, es decir, la película (y son varias) ya se han rodado.