Nos pasamos el día hablando, escuchando y utilizando servicios de cloud computing o servicios alojados en la nube, si lo prefieres así. Muchas empresas se han lanzado a invertir y a migrar sus aplicaciones a estos nuevos entornos. Sin embargo, aunque pueda parecer difícil de creer, todavía se alzan voces que no creen que sea para tanto.

De hecho, según McKinsey, un 30 por ciento de las compañías consideran que el gasto en cloud significa una pérdida de recursos. No solo eso, según esta firma de servicios profesionales, un 23 por ciento de responsables de esas empresas afirman que está por encima de su presupuesto. Hablando en plata: que no se lo pueden permitir.

Sin embargo, casi la mitad -un 47 por ciento- espera que el año que viene se incremente ese gasto.

Moderna aceleró el desarrollo de su vacuna contra el Covid-19 gracias a tecnología en la nube

Caso de éxito
No es de extrañar. El ejemplo de Moderna, que fue capaz de generar la fase I de pruebas de su vacuna contra el Covid-19 en solo 42 días gracias a tecnología en la nube, ha despertado el interés de más de una CTO [Chief Technology Officer o directora de Tecnología de toda la vida].

La farmacéutica cuenta con un software propietario, Drug Design Studio [Estudio de Diseño de Medicamentos], que aprovecha la infraestructura en la nube para analizar y diseñar secuencias de ARN de las proteínas.

Además, la compañía utiliza servicios de almacenamiento cloud para que su equipo científico y de ingeniería compartan e integren los resultados de multitud de experimentos que se realizan en paralelo, para acelerar el ciclo de producción.

La nube puede generar mil billones de dólares para las compañías del índice Fortune 500

No es tan fácil
Sin duda, a Moderna le ha salido bien la jugada. Pero no es tan fácil como migrar las aplicaciones. La clave para obtener el máximo resultado de las inversiones en la nube está en “poner a las personas y los recursos en las fuentes primarias de valor” generado por ella, afirma McKinsey.

Su éxito “ilustra las oportunidades de negocio que la nube hace posibles, pero solo araña la superficie del valor potencial que está en juego” y que -según afirman- puede generar mil billones de dólares para las compañías del índice Fortune 500 de aquí a 2030.   

Según sus estimaciones, la optimización de los costes de tecnologías de la información [TI] gracias a cloud computing supondrá unos 70.000 millones de dólares de incremento global del EBITDA.

Por otro lado, la implementación de nuevas tecnologías generará entre 100.000 y 190.000 millones y la innovación entre 360.000 y 770.000 millones gracias al impulso al crecimiento que supondrá y, sobre todo a los ahorros en costes operativos [entre 310.00 y 610.00 millones de dólares].

El papel fundamental lo tiene que tener la persona que sea máxima responsable de la compañía

Hacer bien las cosas
El papel fundamental lo tiene que tener la persona que sea máxima responsable de la compañía, según McKinsey. En primer lugar, debe “establecer un modelo de  financiación sostenible para apoyar las inversiones necesarias para generar valor de negocio de la nube”.

Tras ese primer paso, es preciso “desarrollar un nuevo modelo operativo negocio-tecnología que explote la nube para conseguir más velocidad, agilidad y escalabilidad eficiente”.

Otras tecnologías
El potencial del cloud computing se incrementa como consecuencia de su integración con otras tecnologías emergentes, como la realidad aumentada y blockchain, cuya adopción facilita.

Según McKinsey, no se trata “solo de un motor para el crecimiento de los resultados y la eficiencia. Sus beneficios en la velocidad, escala, innovación y productividad son esenciales para perseguir oportunidades de negocio más amplias, ahora y en el futuro”.

Buenas prácticas
Su recomendación es aprovechar tres buenas prácticas cuyo éxito ya se ha demostrado: en primer lugar, “ejecutar una estrategia bien definida y orientada a la generación de valor en el área de TI y del negocio e instalar un modelo operativo preparado para la nube”.

La segunda idea de eficacia probada es “adquirir experiencia de primera mano con la nube y adoptar una mentalidad tecnológica más avanzada que sus pares”. Por último, hay que crear un equipo humano que conozca bien esta tecnología.