Asegura que Asturias es un paraíso para vivir, pero también para emprender. Tanto es así, que uno de los primeros productos de su empresa se llama Pauto, como los seres mitológicos de su tierra que te guían en los caminos. Con él, ha ganado la edición europea de los Premios a la Innovación Social de Fundación MAPFRE.  Marián García Prieto ya no sabe bien si es ingeniera o emprendedora. Aunque en su casa lo tienen claro: “A ti lo que te gusta es la empresa”, le dicen.    

Hemos hablado con ella para que nos cuente la experiencia de crear una startup lejos de las grandes urbes. Y de cómo compaginar todas tus vocaciones para crear un proyecto único y que de verdad suponga una mejora de la vida de las personas, sobre todo, las mayores.  

Con Pauto, los pacientes de Parkinson pueden salir y, de alguna manera, ser independientes 

Pauto  

Ese es el origen de Pauto, un bastón inteligente que resuelve los episodios de congelación de la marcha a pacientes de Parkinson. “Vas caminando y, de repente, sin un motivo muy claro, el cerebro olvida cómo tiene que caminar. Tus pies se quedan pegados al suelo porque no sabes hacerlo”, explica Marián. 

Para salir de esos episodios, la persona tiene que “darse cuenta de que está bloqueado y decidir que caminar empieza a ser una acción voluntaria: levantar el pie... Se ponen tan nerviosos –y es comprensible- que no son capaces de reanudar la marcha sin un estímulo externo que les ayude. Eso es lo que permite nuestro bastón”.  

Esa necesidad de un estímulo externo hace que las personas que padecen esta enfermedad pierdan independencia o incluso se queden en su domicilio: “Casi nadie ha visto bloqueos en la calle porque la gente no se atreve a salir. Con Pauto, pueden salir, caminar, hacer vida social y, de alguna manera, ser independientes”. 

Nos empezaron a pedir: si además me localizara, me mantuviera conectado a mis cuidadores o familiares... 

Solución  

La solución de Pauto puede parecer extremadamente sencilla: “Solo tienen que apretar un botón, que es algo que pueden hacer sin problema, sale una línea y un punto en el suelo que intentan pisar y reanudan la marcha”. 

Pero las funcionalidades de este bastón no terminan ahí. “Nos empezaron a pedir: si además me localizara, me mantuviera conectado a mis cuidadores o familiares... Fuimos implementando lo que veíamos que era una necesidad para ellos. El bastón está vinculado al móvil de un hijo o de quien esté a cargo de esa persona mayor”. 

La gente mayor es gente mayor, pero no son niños y a veces los tratamos como si lo fueran 

Beneficios para todos 

Los beneficios no son, por tanto, solo para quienes lo utilizan, sino también para sus familias y sus cuidadores. “La gente mayor es gente mayor, pero no son niños y a veces los tratamos como si lo fueran. Así hay menos injerencia en su vida. Un cuidador puede ver, por ejemplo, que hoy ha dado un paseo más corto de lo normal y preguntarle qué ha pasado. Es un vigilancia no intrusiva”. 

Su startup, i4life, tiene como propósito “agradecer a los mayores lo que han hecho por nosotros. De alguna manera, la sociedad no los valora todo lo que debería hacerlo. Y una forma de conseguirlo es utilizar la ingeniería para mejorarles la vida. Somos innovación social”, explica Marián. Y asegura que esa filosofía se extiende a su manera de enfocar el negocio: “Premiamos extender el producto a mucha gente en lugar de irnos a precios imposibles y que llegue solo a cuatro. Queremos ayudar de verdad”. 

Queremos ayudar de verdad 

Realidad  

Ese deseo choca en más de una ocasión con la realidad. “Esperábamos inundar España de bastones en abril”, explica. “La situación ha sido horrorosa. Teníamos programadas muchas visitas para darlo a conocer, porque el paciente que lo conoce, lo compra. Pero con el Covid, estamos teniendo dificultades porque estamos todos como a otra cosa”, añade. 

Sin embargo, no se rinden y ahora mismo están abriendo mercado en Reino Unido, a través de una asociación de pacientes de Parkinson que han probado Pauto “y están encantados”. Y también en Alemania, “donde la situación es muy diferente”. 

Hemos dejado la tecnología para la gente menor de cincuenta años 

Éxito  

El éxito empresarial ha hecho que reduzca sus horas de clase en la  escuela de Ingeniería de Gijón para centrarse más en lo que parecía un entretenimiento. “Empecé como hobby, en horas libres, con amigos a los que al final enganché y están metidos en la empresa. Comenzamos a ver posibilidades. Desarrollamos una aplicación, una especie de diario para pacientes de Parkinson”, recuerda. 

Esta experiencia le ha permitido ver las verdaderas posibilidades de la innovación: “Te das cuenta de que la tecnología la hemos dejado para la gente menor de cincuenta años. A los seniors, nada. Pero si les pones un poquito de tecnología, pueden tener una vida infinitamente mejor”. 

No hagas un master, monta una empresa 

Asturias 

Para ella, “Asturias es el paraíso perfecto para emprender. Se vive fenomenal, somos pocos. La gente de Madrid no se plantea ir a ver al consejero. Aquí lo puedes hacer a una semana vista. Algunas veces te llaman ellos. Llegamos a Europa igual que los demás, pero con costes más bajos”.  

En su caso, además, cuentan con una localización geográfica única: “Estamos en la milla del conocimiento, que une hospital, universidad, centro tecnológico y empresas”. 

No permitas que nadie te ponga barreras 

Emprender, una aventura 

Asegura que emprender “es una pasada, es una aventura impresionante. No hagas un master, monta una empresa”, recomienda. Y cree que la clave está en “encontrar tu elemento que hace que cuando vayas a trabajar o a estudiar no percibas que es una obligación, sino un placer. Que el viernes te agobies porque hasta el lunes no puedes volver”. 

A la hora de elegir carrera, dudaba entre Ingeniería y Psicología. “Consulté en casa y me aconsejaron que hiciera Ingeniería. Soy ingeniera desde que nací”, afirma entre risas. Quizá por eso, cree que todo el mundo debería tener la opción de elegir libremente, como hizo ella: “No permitas que nadie te ponga barreras. Si no te gustan las matemáticas o no te gusta la física, pues no te gustan. Pero si las descartas porque te dicen que es difícil o que no es adecuado para ti, vete a por ello. Puedes llegar a hacer cosas de las que estés orgullosa. El que quiere puede... siempre”.