La vivienda se ha convertido en una fuente de desigualdades. Así lo explica Juan A. Módenes, autor del capítulo Inestabilidad y problemas de acceso a la vivienda, una realidad cada vez más extendida del libro Desigualdad y pacto social, impulsado y publicado por El Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”. En él se analizan las condiciones que están ensanchando la brecha de desigualdad y las posibles soluciones a su principal causa: la desigualdad laboral.

“A raíz de la crisis económica iniciada en 2008, se han acentuado los cambios en materia de acceso y estabilidad en el sistema residencial español”, explica este investigador del Centre d’Estudis Demogràfics y Departamento de Geografía de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Los problemas son para jóvenes y no tan jóvenes

Problemas y desigualdades

Un problema que se agrava si tenemos en cuenta que “en esta ocasión los cambios no solo afectan al acceso a la vivienda de los jóvenes, sino que también conciernen a la estabilidad en edades más avanzadas”.

“España se caracteriza desde hace algunas décadas por un proceso de emancipación residencial muy tardío. La causa de este retraso debe buscarse en las condiciones socioeconómicas, que impiden que los jóvenes puedan independizarse. Las dificultades de acceso a la vivienda se erigen en uno de los principales escollos en este proceso”, explica Módenes.

Según sus datos, “Menos del 70% de los jóvenes de 30-34 años se ha emancipado, lo que constituye el primero, y quizás el más importante, de los problemas residenciales de España”. Además, el 70% de quienes han salido del domicilio familiar, lo han hecho a través de alquiler de mercado o propiedad con hipoteca.

“Estas dos opciones, reguladas principalmente por el mercado, obligan a pagos importantes con regularidad mensual, en un contexto de fuerte precariedad e inestabilidad laboral y sin políticas publicas eficientes que protejan a los hogares en dificultades”, señala Módenes. Es decir, el contexto agrava la inestabilidad residencial.

En cuanto a la población adulta, “los jóvenes que han ido entrando en alquiler en los últimos años tienden a permanecer bastante más tiempo en esta opción de tenencia, por lo que se puede prever un aumento futuro del porcentaje de inquilinos en edades más maduras”.

En España está fallando el recurso a la ayuda familiar como sustituto de las ausentes políticas de vivienda social

Spain is different

“España se ha alejado del modelo residencial del sur de Europa, basado en una alta estabilidad residencial”, afirma este investigador. Según explica, “en estos países las opciones residenciales poco expuestas al mercado, sin obligaciones de pago, son más frecuentes”. Y eso, a pesar de que la edad de emancipación en ellos también es tardía.

Como relata Módenes, las familias cada vez tienen menos capacidad de ahorro porque deben afrontar pagos de vivienda más elevados. Y eso hace que no puedan ayudar quienes se emancipan para pagar una hipoteca y hacerse con una vivienda en propiedad: “En España está fallando el recurso a la ayuda familiar como sustituto de las ausentes políticas de vivienda social”.

Y afecta a diferentes sectores económicos de la población: “En primer lugar, el aumento del peso del alquiler se inició en los hogares más modestos, pero recientemente se ha generalizado a todo el espectro social”.

Más de la mitad de jóvenes menores de 35 años viven en alquiler en la Comunidad de Madrid

Alquiler

Módenes pone de manifiesto las “importantes diferencias” dentro del territorio nacional, “que se han desarrollado y mantenido tradicionalmente”. Por ejemplo, “en Cataluña se mantuvo un considerable parque de vivienda en alquiler tanto en los centros consolidados de las ciudades como en determinadas áreas rurales. Por el contrario, en Madrid el parque de alquiler urbano disminuyó bastante más”.

Como consecuencia, “más de la mitad de los jóvenes menores de 35 años viven en alquiler en la Comunidad de Madrid, lo que contrasta con apenas el 30% alcanzado en Andalucía. Estas diferencias no se deben a distintas proporciones entre población urbana y rural en las regiones”.

Vivir en alquiler supone, además, “una situación de sobreesfuerzo económico”, que afecta a casi la mitad de menores de 35 años que viven en este tipo de viviendas. Una cifra que se eleva al 80% en el caso de los hogares con menos ingresos.

España está a la cabeza en sobreesfuerzo por alquiler y pago de hipoteca

Causas

Módenes apunta a la regulación como una de las causas principales de esta situación: “La expansión del alquiler de las últimas décadas, junto con la falta de protección efectiva de los hogares más vulnerables, apunta a que la gravedad del sobreesfuerzo residencial que observamos en España no se produce en otros países donde la regulación y la protección del acceso a la vivienda por parte de los poderes públicos están más desarrolladas”.

Por ese motivo, “no sorprende” comprobar que nuestro país esté “a la cabeza” de los “analizados en nivel de sobreesfuerzo, tanto en alquiler de mercado como en propiedad con hipoteca”.

Soluciones

Este investigador propone entre las posibles soluciones, “fomentar la emancipación residencial, mediante ayudas directas (en el mercado de la vivienda) o indirectas (en el mercado laboral). Esta medida “satisface un derecho individual, pero también tiene interés general”, puesto que animaría la actividad económica.

Por eso, las políticas de vivienda no deben centrarse solo en la inserción residencial de los nuevos hogares, sino también en buscar la estabilidad y seguridad de los ya constituidos. De esa forma, se beneficia la constitución familiar, el nivel de fecundidad y la solidaridad intergeneracional.

Por otro lado, se deben modificar las políticas orientadas a estimular la construcción y centrarlas también en la gestión del parque de viviendas ya existente. Y, además, deben favorecer los colectivos más vulnerables, con acciones como, por ejemplo, “aprovechar aquellas viviendas que queden libres y tengan difícil salida en el mercado normal para vehicularlas a los colectivos más necesitados”.