“La precarización del empleo es la principal causa del incremento de la desigualdad tras la gran recesión”, afirma Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y ESADE EcPol.

Hidalgo es el autor del capítulo La baja intensidad laboral, en la raíz de la desigualdad del libro Desigualdad y pacto social, impulsado y publicado por El Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”. En él se analizan las condiciones que están ensanchando la brecha y las posibles soluciones a ella.

Determinados grupos de trabajadores no han visto mejorar sus salarios, mientras que otros sí

Más de 15 años de análisis

Hidalgo ya trabajó sobre este tema del impacto de la precariedad laboral en las diferencias salariales en su tesis doctoral [después convertida en un libro más comprensible para el público en general] hace 15 años. También es un notable divulgador de temas económicos en redes sociales, con casi 21.000 seguidores en Twitter.

“Tratamos de analizar la desigualdad desde diferentes perspectivas”, nos explica Hidalgo en referencia al libro publicado por el Observatorio Social. “Una de ella es la renta y, dentro de la renta, los salarios -lógicamente-. Sobre todo, porque hay una demanda social de saber por qué mientras que determinados grupos de trabajadores no han visto mejorar sus salarios, otros sí lo han hecho”. La idea es “intentar saber por qué ha aumentado la desigualdad de salarios en España, en los años posteriores a la gran recesión.

La desigualdad ha aumentado, sin ningún lugar a dudas

Concusiones

La conclusión principal es que “la desigualdad ha aumentado, sin ningún lugar a dudas. No lo hizo tanto durante la recesión, sino sobre todo a partir de ella. Y, clarísimamente, lo que nos dicen los datos no es que se esté pagando menos a la gente por las mismas horas de trabajo, sino que los contratos han empeorado”.

Es decir, la principal causa de estas diferencias “es la precarización del empleo en España. Y esta se focaliza sobre todo en ámbitos muy determinados de la población. Los salarios han crecido menos en estos segmentos y se ha incrementado la precariedad”.

Los datos que ha utilizado para el estudio llegan solo hasta 2018, puesto que la encuesta de la que se obtienen es cuatrienal y los nuevos estarán disponibles el año que viene. Aunque anticipa que en el último año, se habrá reducido algo.

La desigualdad ha aumentado, porque quienes estaban en ERTE cobraban menos

Dos tendencias negativas

A simple vista, puede parecer que la Covid no ha tenido una influencia negativa. Pero, como detalla el investigador, se debe a que “se suman dos tendencias negativas. Por un lado, la desigualdad ha aumentado entre quienes han seguido con contrato, porque quienes estaban en ERTE [unos 3 millones de personas] cobraban menos de su salario [alrededor del 70% del salario base] y por ahí aumenta”.

Pero, por otro lado, “durante la pandemia salieron muchas personas del mercado de trabajo, que se fueron al desempleo. Y gran parte eran quienes tenían menores salarios. Por tanto, de forma artificiosa, la desigualdad se reduce“.

Hidalgo utiliza un ejemplo en sus clases, que hace más sencillo entenderlo: “Imaginad que hago un examen. Y luego lo repito, pero sin que lo hagan quienes habían sacado las 15 peores notas. Ahora la desigualdad será menor. Pero no porque haya mejorado la situación, sino porque habré eliminado a quienes estaban sacando peor nota”.

Es decir, “son dos fuerzas que se contrarrestan. Por un lado, la desigualad crece como consecuencia de que muchas personas van a ERTE y van a cobrar menos. Y, por otro, quienes han sido despedidos normalmente se han concentrado entre quienes tienen menores salarios. Eso hace que el efecto sea pequeño, pero la conclusión no es positiva”.

La temporalidad y el incremento de contratos de pocas horas han impulsado las diferencias

 Temporalidad y tecnología

Una de las fuerzas que afectan de forma negativa a la igualdad es la temporalidad, que “es un modo de precarización. Por eso, vemos que durante la recuperación postrecesión, la temporalidad se recupera; es verdad que no a niveles de la gran recesión, porque hubo una reforma por medio que yo creo que lo evitó en parte. Aun así, crece y ese crecimiento, unido al incremento de contratos de pocas horas, es lo que ha impulsado el aumento" de esas diferencias.

El análisis más novedoso es el que se refiere al impacto de las nuevas herramientas, para el que Hidalgo ha utilizado dos bases de datos diferentes. La conclusión es que esas diferencias han crecido "también en parte porque ha aumentado el uso de la tecnología. Esta beneficia a quienes tienen más salario, que incrementan su productividad y, por tanto, ganan más. El resto de los trabajadores, no solo no la aprovechan, sino que se convierte en una amenaza para ellos por la automatización”.

Sin embargo, también la moneda tiene dos caras en este caso: “Si bien puede aumentar por causa de la tecnología, la formación para tener las habilidades necesarias para utilizarla, la reduce. Es decir, la tecnología puede afectar negativamente a la distribución de los salarios y aumentar la desigualdad, pero formarnos en esos conocimientos lo que hace es reducirla”.

Y el esfuerzo de incrementar conocimientos no debe restringirse solo a ese ámbito: “Cuanta más formación tienes [de todo tipo, no solo ser un científico de datos o codificar], mejor. Cuantas más tareas realices y tu empleo sea más rico en tareas, es más difícil que la tecnología venga a expulsarte. Todo lo contrario, te ayuda, te mejora, te facilita la vida, te hace más productivo. Por tanto, debemos poder acceder a empleos complejos, con tareas que no puedan desarrollar las máquinas”.

Contratación

Hidalgo propone un nuevo enfoque en la política de contratación: “Creo que la reforma 2022 puede ir bien en este sentido. Intentar eliminar la temporalidad injustificada, el uso abusivo de determinados contratos”.

Aunque los cambios no serán inmediatos: “Obviamente, al principio, la situación real no va a cambiar. Pero sí es verdad que introduce cambios de incentivos en el mercado de trabajo que pueden ir en la buena dirección. Es no poner alfombra roja a la contratación precaria. Por supuesto, la solución no es prohibirla, pero sí reconducirla, porque hemos tenido demasiada manga ancha”.

Desde su punto de vista, se trata de “una tendencia global. Es verdad que dentro de la regulación del mercado de trabajo español podemos encontrar vías de mejora, pero aun así, estamos ante una situación global”.