La pandemia de la covid-19 ha reducido el número de horas efectivas trabajadas en España. Esta disminución ha afectado más a los hombres que a las mujeres, lo que ha provocado un descenso de la brecha de género del 15,7%, al pasar desde el 5,3% en el segundo y el tercer trimestre del 2019 al 4,4% en el mismo periodo del 2020.

Son cifras de un artículo publicado por El Observatorio Social de Fundación “la Caixa”  y elaborado por tres investigadoras: Maite Blázquez y Ainhoa Herrarte, de la Universidad Autónoma de Madrid; y Ana Isabel Moro-Egido, de la Universidad de Granada.

Sus datos indican que “al comparar el segundo y el tercer trimestre del 2020 frente al mismo periodo del 2019, se aprecia un descenso del número de horas trabajadas (0,34 entre los hombres y 0,13 entre las mujeres) y el consiguiente estrechamiento de la brecha de género en horas trabajadas, de 2,7 a 2,5”.

La brecha de género se ha incrementado en los hogares con hijos entre 0 y 4 años

Dato no tan positivo

El dato puede ser positivo al haber disminuido la brecha de género, pero, desde la perspectiva del hogar el efecto no es homogéneo: “Vemos que, efectivamente, aunque disminuyen más las horas trabajadas para los hombres que para las mujeres en términos generales, cuando nos vamos a los hogares con hijos pequeños se ve que eso no es así”, nos explica Herrarte.

De hecho, según su estudio, en estos casos [hijos entre 0 y 4 años] la brecha de género en horas trabajadas ha aumentado al pasar de un -3,4 por ciento en la situación pre-covid, al -3,6 por ciento durante el segundo y el tercer trimestre de 2020. Además, cuando las edades de los niños están entre 5 y 9 años, no se produjo variación [-3,0 por ciento en ambos períodos de tiempo].

La brecha de género ha aumentado en hogares con hijos entre 0 y 4 años

Posibles causas 

Su investigación apunta a que “una explicación plausible de este fenómeno podría ser que, a consecuencia del cierre de colegios y guarderías con la irrupción de la pandemia, ellas hayan asumido mayor carga en las tareas de cuidado de los hijos. Esto habría dificultado sus posibilidades de conciliar la vida familiar y la laboral”

Sin embargo Herrarte afirma que “no tenemos total seguridad de que ese sea el motivo, “porque no tenemos información. La EPA nos da información sobre las horas trabajadas, pero no sobre cuántas han dedicado las madres y los padres al cuidado de los hijos. Podemos intuir que parece que ese resultado está vinculado a esto. Pero, si no lo podemos contrastar exactamente con datos, no lo podemos afirmar”, explica.

El reparto de cuidado de los niños puede no haber sido equitativo

Punto de partida

Su idea de partida era que, “como el estado de alarma había provocado el cierre de colegios, guarderías, etc.; esto daría lugar a que los padres que normalmente pueden conciliar vida laboral y familiar -con sus dificultades-, al tener a los niños en casa el cien por cien del tiempo habrían tenido que atenderlos y apoyarlos en sus tareas educativas”.

Pero ese reparto puede no haber sido equitativo: “Dado que en la mayoría de los países mediterráneos son ellas quienes más se ocupan del cuidado de los hijos, esto podría haber tenido algún tipo de impacto diferencial sobre las horas trabajadas”, señala.

Las mujeres con hijos tienen salarios más bajos y tienen mayor probabilidad de tener un contrato temporal

Un fenómeno generalizado

La economista y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid explica que la brecha laboral de género es un fenómeno “genérico en la mayoríade los países desarrollados. Sí se nota que en los países nórdicos las diferencias se han acortado mucho, o en lugares como Holanda, donde hay poca distancia en algunos indicadores. Pero, en general, las mujeres, en los países desarrollados tienen peor posición en el mercado laboral que los hombres”.

Ella lleva prácticamente toda su vida profesional estudiando este tipo de situaciones: “El impacto de tener hijos en los salarios de las mujeres y las diferencias en su participación laboral. Es un fenómeno que está muy contrastado: las mujeres que tienen hijos participan menos en el mercado laboral, tienen salarios más bajos, trabajan menos horas y tienen mayor probabilidad de tener un contrato temporal”.

Decisiones complicadas

Una de las teorías que podrían explicar que ellas hayan reducido más sus horas trabajadas cuando los hijos son pequeños “es que si en una familia hay dos salarios y el del hombre es mayor que el de la mujer, si hay que tomar una decisión para poder cuidar de los hijos, las familias prefieren no renunciar al salario más alto, que suele ser el de ellos y eso hace que ellas participen menos en el mercado laboral”, explica Herrarte, aunque advierte de que no es el objetivo de este trabajo.

En él, han tratado de tener en cuenta todos los factores que pueden generar diferencias. Por eso, se han centrado solo en personas ocupadas a jornada completa. Pero eso también tiene matices: “No todos los trabajos a tiempo completo son iguales. Por ejemplo, las mujeres tienen mayor presencia en el sector público que en el privado. Y la jornada laboral, aunque sea a tiempo completo, es menos intensiva en el público”.

Tipos de ocupación

Sus conclusiones también señalan que “en relación con el tipo de ocupación, las mujeres incrementaron el número de horas trabajadas en las ocupaciones de alta cualificación durante el periodo covid-19. Esto se pone de manifiesto, especialmente, en el caso de los trabajadores cualificados de cuello azul (trabajadores cualificados en las actividades agrícolas, los artesanos y los trabajadores cualificados de la industria y la construcción). Este dato, junto con la leve disminución del tiempo trabajado entre el colectivo masculino, ha hecho que la brecha de género se invierta a favor de las mujeres en estas ocupaciones”.

También se notaron los efectos en el caso de las actividades esenciales: “para las mujeres se incrementaron las horas trabajadas” en ellas. “Por el contrario, para los hombres se redujeron tanto en las actividades esenciales como en las no esenciales”, concluyen las investigadoras.

Entre las posibles causas, apuntan a “la mayor presencia femenina en algunas actividades esenciales como el sector de la salud (personal sanitario) o el comercio (supermercados, farmacias y otros comercios calificados como esenciales)". La pandemia ha dado lugar a que la brecha de género en horas trabajadas haya disminuido en las actividades económicas esenciales, sobre todo en las ocupaciones con baja incidencia del teletrabajo (trabajadores de los servicios de restauración y personales, trabajadores del sector agrícola, artesanos, operadores y ocupaciones elementales)”.

Algo que no sucede en las actividades no esenciales, que registran “un aumento –aunque leve– de la brecha en horas trabajadas en las ocupaciones con alta incidencia del teletrabajo”.