No es nada nuevo que WhatsApp machaque a sus usuarios con estrenos, aunque parezca una contradicción en sí misma la afirmación. Desde que la aplicación fue adquirida por Facebook, las pruebas de nuevas funcionalidades –muchas se han hecho realidad- se repiten de manera constante, hasta el punto de que, cuando la plataforma decide lanzarlas al público en general, en ocasiones no da tiempo a poder, siquiera, comprobar si ya disponemos de ellas.

Dejando a un lado el análisis de si las opciones que incorpora al final se utilizan realmente, la que ahora mantiene en fase beta puede ser más que interesante.

Se trata del WhatsApp para tablets, una vieja aspiración y reclamación, cuya ausencia era poco entendible, sobre todo tras la puesta en marcha de la versión web (en 2015 como extensión de la app y un año después como aplicación propia).

iPad... y Android

Ahora, según informa WABetaInfo, la compañía está en pruebas para lanzar la versión para estos dispositivos, de manera que las tabletas de Android y los iPad, tal vez en breve podrán whatsappear a sus anchas.

El funcionamiento será muy similar al que ahora mismo proporciona WhatsApp Web; incluso, para descargarlo y sincronizarlo con el smartphone, hay que servirse de un código QR.

En el caso de la versión para iPad parece que la cosa va en serio. En la de Android, desde WABetaInfo señalan que todavía tiene la consideración de “rumor”.

Es verdad que ya existen alternativas para poder disponer de la herramienta en tabletas, si bien suponen quedarse sin ella en el móvil, de ahí que parezca una posibilidad que sí tiene opciones de triunfar, aunque en un momento en el que estos dispositivos están de capa caída, según subrayan los expertos.

Ha empezado la plataforma de mensajería instantánea el año con fuerza, pero ya se sabe que cualquier noticia relacionada con ella genera siempre cierto revuelo.

'Industria auxiliar'

Es lo que tiene WhatsApp. Ha generado a su alrededor una especie de ‘industria auxiliar’ que vive y bebe de la app. A modo de ejemplo, basta recordar que hay medios digitales especializados en la herramienta, así como perfiles de Twitter, Facebook y otras redes sociales que únicamente hablan de ella.

A lo anterior se puede añadir el hecho de que los ciberdelincuentes han hallado un filón, como queda demostrado con la cantidad de intentos de estafa que pululan por la plataforma propiedad de Facebook.

Es lo que tiene disponer de un ‘mercado interno’ de 1.300 millones de usuarios que, nada más aceptar las condiciones sus uso, se convierten en potenciales clientes/lectores/víctimas.