A Rey muerto, rey puesto. O Reina. O reinas. Nathan Drake ha cedido la saga Uncharted a Chloe Frazer, quien ha tomado las riendas de una manera meritoria, junto a Nadine Ross. Dos personajes femeninos, para equilibrar la testosterona de la anterior entrega, que se complementan perfectamente. Nuestra protagonista es el riesgo, la acción, el ímpetu. Su cómplice ejerce el control, la mesura y la precaución necesaria para no acabar despeñados en el fondo de un acantilado.

Vuelve así Frazer, a la que no pudimos ver en el adiós de Nathan Drake a la saga, pero que encandiló a todos en la segunda y tercera parte con momentos cómicos y su vínculo sentimental en el pasado con el protagonista. También Nadine vuelve, pasando de antagonista a protagonista, para resarcirse. No serán los únicos guiños a la saga y quizás tampoco los únicos personajes a los que volveremos a ver.

Uncharted: El Legado Perdido cumple exactamente lo que promete, que no era fácil: seguir siendo Uncharted al tiempo que da aires nuevos a la saga. Algo que se refleja en su precio, 40 euros, a mitad de camino entre ser el precio máximo que alcanza un triple AAA y la cantidad por debajo que ofrecen la mayoría de contenidos descargables.

Porque Uncharted no se queda en ser una simple prótesis que alargue la experiencia de Uncharted 4, y para demostrarla cuenta con una historia totalmente independiente e incluso se molesta en incluir pequeñas innovaciones, como el sistema de fotografías con el móvil -aunque se pudo ver un pequeño adelanto en una de las misiones de la anterior entrega-, que aquí se convierte en uno de los coleccionables que conseguir. Un recolecta que se une a otras como los ya conocidos tesoros o las cajas fuertes, pero que tiene el aliciente de poder disfrutar de los paisajes y la sublime fotografía del juego, hasta el punto de llegar a pensar que los diseñadores han incluido este sistema para sacar pecho de su creación. Y con razón.

Pero, también hay que reconocerlo, la historia del juego se puede quedar corta en relación con las entregas anteriores. En unas ocho horas se puede finiquitar la campaña, que además no presenta una gran dificultad. Los puzles son bastante básicos y, ante el mínimo tropezón lógico, se cuenta con la ayuda de Nadine para solucionar los acertijos u orientar el siguiente salto.

La elección de la historia, basada en la mitología hindú, también fomenta que Naughty Dog haya tirado la casa por la ventana en el apartado gráfico, con unos escenarios que quitan el aliento. Las protagonistas se embarcarán en una aventura por el subcontinente indio a la búsqueda del colmillo de Ganesh, donde tendrán que avanzar a contrarreloj frente a Asav, el villano que busca el mismo tesoro, con medios más expeditivos.

Es en esta incursión por el interior de la India, con una exuberante selva plagada de ríos y cascadas, cuando el juego coquetea más con el concepto del Mundo Abierto. Pero sin pasarse, eso sí. Nos encontramos con una amplia extensión que puede recorrerse a bordo de un jeep o a pie. Lo primero parece llamativo, pero los caminos están bastante marcados y la libertad es escasa; lo segundo da prueba de que el mapa es grande, pero no inabarcable. Y, a pie de mapa, las opciones no son tantas: un pequeño grupo de localizaciones marcadas en el mapa para avanzar la misión principal y una misión secundaria con los emplazamientos ya mascados de antemano.

También es cierto que, por mucho que se quiera implementar el mundo abierto, la mecánica protagonista del juego no conjuga muy bien con esta dinámica. Hablamos de la escalada, que en la introducción del juego es lo único que puede realizar la protagonista y que sigue siendo la estrella de esta entrega, aunque sin grandes innovaciones. Seguimos teniendo la cuerda con la que engancharnos de ramas, zonas calizas en las que echar mano de la piqueta, rutas casi ocultas y salientes que parecen inaccesibles: lo de siempre, aunque nunca tenemos bastante. Un sistema de escalada dinámica que va más allá de las plataformas clásicas y que a día de hoy genera casi más vértigo que muchos juegos de Realidad Virtual.

El otro pilar de Uncharted, los tiroteos, también sigue intacto. Quizás un poco más constreñidos que en entregas anteriores y sin novedades en lo que se refiere a la inteligencia artificial de los enemigos. Nos lanzarán granadas si estamos mucho tiempo escondidos, pero su visión sigue siendo un poco nula en lo relacionado a evitar nuestro sigilo.

En definitiva, hablamos de un Uncharted 4.5 de paisajes y modelados preciosistas que nos volverán a dejar con la boca abierta. La esencia de la saga se respeta en lo esencial, pero se nos dan pequeñas bocanadas de aire fresco que deberían desarrollarse más en una hipotética quinta entrega. Y nos ofrece un puñado de horas que los fieles a la saga disfrutarán durante unas cuantas tardes. Para todo lo demás, más multijugador, con partidas cooperativas para enfrentarse a oleadas de enemigos y un elenco de mapas, trajes y personajes para afrontar los desafíos competitivos.