La gestión económica del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez ha quedado plasmada en las cifras oficiales reveladas tanto por los organismos independientes nacionales, como el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero también por autoridades internacionales como Eurostat. En medio de una legislatura marcada por la pandemia y la suspensión de las reglas fiscales a nivel comunitario, el Gobierno ha conseguido reducir el nivel de déficit tal y como prometió a Bruselas. Es más, ha adelantado un año el cumplimiento del objetivo de reducir el déficit público hasta el 3% en 2024, cifra que preveía alcanzar inicialmente en 2025.

Las últimas cifras oficiales del Gobierno sitúan el déficit público en el 4,8% al cierre de 2022, tras reducirse a la mitad en apenas dos años. Asimismo, las previsiones de Nadia Calviño como vicepresidenta primera y máxima voz económica del Gobierno pasan por continuar reduciendo los niveles de déficit público a lo largo de este 2023, para cerrar el año en el 3,9% del PIB. Así consta en el Programa de Estabilidad 2023-2026 remitido por el Gobierno a Bruselas a finales de abril, hace apenas tres meses.

Los 27 Estados miembros de la Unión Europea tienen la obligación de presentar anualmente, en el mes de abril, sus respectivos Programas Nacionales de Reformas y sus Programas de Estabilidad ante la Comisión Europea. España lo hacía el 27 de abril, celebrando sus logros en reducción de déficit a pesar de haber desplegado hasta seis reales decretos anticrisis -hasta finales de abril- para proteger a los ciudadanos del impacto de la crisis sanitaria del coronavirus, primero, y de la crisis energética e inflacionaria, después. Y lo hacía en un momento clave, poco más de dos meses antes de acoger la presidencia temporal del Consejo Europeo. 

Calviño remitía su nuevo cuadro macroeconómico, con mejoras en todos los indicadores nacionales, con el visto bueno del Consejo de Ministros. Pero también con el ok de organismos independientes como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). La vicepresidenta económica, y segunda de Sánchez, ha defendido en todo momento que el positivo impacto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia sobre la economía española permite al Gobierno mejorar sus previsiones de crecimiento y de estabilidad, aunque siempre con un mensaje caracterizado por la cautela y la prudencia

El Gobierno cumple con Bruselas antes de lo previsto

En el caso del déficit, el Gobierno de Sánchez ha conseguido adelantar un año el objetivo de reducir el porcentaje sobre el PIB hasta el 3% en 2024, previsto en las estimaciones anteriores para 2025. Desde la vicepresidencia de Asuntos Económicos explican que el propio crecimiento de la economía española, el control del gasto público, el incremento de los ingresos y el dinamismo del mercado laboral -todo ello responsabilidad de los ministerios económicos del Ejecutivo- han logrado mejorar los objetivos de déficit comprometidos con Bruselas.

Todo ello a pesar de haber vivido una crisis sanitaria y una pandemia que obligó al Gobierno a reforzar el gasto público, especialmente en Sanidad, y que continuó después con una crisis energética derivada de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una situación de incertidumbre geopolítica, con su correspondiente impacto sobre el suministro energético de cada Estado miembro, ante la que el Ejecutivo llamaba a mantener políticas presupuestarias “prudentes y realistas”, siempre con el objetivo de mantener justicia social y eficiencia económica. Calviño se ha remitido en sucesivas ocasiones a la necesidad de funcionar con una “necesaria consolidación fiscal” que permita a España cumplir con el Pacto de Estabilidad comprometido con Bruselas.

Termina la suspensión de reglas fiscales: ¿están todos preparados?

La suspensión de las reglas fiscales desde Bruselas por la pandemia de coronavirus termina el 1 de enero de 2024. Y España está preparada para ello. Tras la irrupción de la pandemia de coronavirus a nivel mundial en marzo de 2020, la Comisión Europea permitió a los 27 Estados miembros relajar sus normas fiscales y aumentar el gasto, para proteger a los ciudadanos y a las economías nacionales, aumentando los límites de déficit y deuda pública. Casi cuatro años después, con la suspensión prorrogada por la guerra de Ucrania, se acaba el limbo fiscal para los Veintisiete y el Gobierno está preparado para ello.

Y es que el Ejecutivo de Sánchez no ha excedido los límites de déficit y deuda más allá de lo necesario, en base a la política económica “prudente” que en todo momento ha defendido Calviño. El Gobierno ha mantenido su compromiso con la estabilidad presupuestaria en estos cuatro años, logrando una reducción del déficit público a la mitad, desde el 10,1% de 2020 al 4,8% en 2022. Una rebaja de más de cinco puntos porcentuales sobre el PIB nacional, la mayor de la serie sin incluir periodos con ayuda financiera, valorada en 49.500 millones de euros menos en estos 24 meses.

España, en el top ten a la hora de reducir el déficit público

La reducción del déficit público a la mitad en apenas dos años ha colocado a España como el séptimo en el ranking de la Unión Europea a la hora de conseguir reducir el déficit en términos de PIB, tal y como revela la tabla elaborada por Eurostat. A pesar de que España continúa por encima de la media europea en cuanto a déficit, según los datos oficiales al cierre de 2022, queda solo una décima por encima de Francia y muy por debajo del 8% con el que cerró el último ejercicio Italia, otro de los Estados miembros más afectados por la pandemia de coronavirus. España cerró el último ejercicio con un nivel de déficit por debajo también de Hungría, Malta o Rumanía, con niveles cercanos al 6% frente a sus respectivos PIB nacionales.

Gráfico déficit Eurostat

España ha cumplido en todo momento con las tasas de referencia de déficit comunicadas a Bruselas desde 2020, con las tasas por debajo de las previsiones iniciales del Ejecutivo. En cifras, el déficit español cerró en el 10,1% en 2020, dos décimas por debajo del 10,3% previsto en el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas en abril de 2020; en el 6,9% al cierre de 2021, por debajo del 7,7% estimado en el techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021; y en el 4,8% el pasado 2022, también dos décimas por debajo del 5% previsto en el techo de gasto de los PGE para 2022. Una reducción que el Gobierno prevé continuar, cerrando este 2023 en el 3,9%, nueve décimas por debajo frente al año anterior.

El Programa de Estabilidad remitido por el Gobierno a Bruselas para el periodo 2023-2026 incluye una senda de consolidación fiscal a medio plazo, diseñada por Calviño, que mantiene la senda descendente del déficit sobre el PIB nacional. Las previsiones del Gobierno pasan por que el déficit cierre en el 3% del PIB en 2024 y siga cayendo en adelante: hasta el 2,7% en 2025 y el 2,5% en 2026. Una senda que, con el resultado electoral de este domingo 23 de julio, parece más que posible que sea continuada por la ahora ministra de Asuntos Económicos en funciones.