Los avisos de los científicos son muy claros: se acaba el tiempo para prevenir y revertir los efectos del cambio climático. España es uno de los países donde más evidentes son sus efectos, desde olas de calor a huracanes, pasando por episodios cada vez más frecuentes de lluvias torrenciales. Aparte de síntomas pequeños, pero alarmantes, como alteraciones en la migración de las aves o del ciclo de vida y expansión de los insectos. El Ministerio de Transición Ecológica ha decidido abordar las responsabilidades de España en este sentido, en un documento inicial que pretende recoger las aportaciones de todos los sectores y colectivos afectados, así como sumar las aportaciones de todos los partidos políticos. Y no es tanto por el necesario espíritu de acuerdos de una democracia parlamentaria, sino porque el plan es necesariamente ambicioso y a largo plazo. El objetivo es que en un plazo de 30 años la economía Española no dependa de las emisiones de CO2. Y es que España hoy emite más CO2 que en 1990 (un 17%)

1.- Para 2050 hemos de estar mejor que en 1990

El texto del Ministerio fija dos horizontes temporales: 2030 y 2050. Para 2030 se pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 20% con respecto a las de 1990, que el 70% de las energías del sistema eléctrico sean renovables. Para 2050 el objetivo es que el 100% de la generación sea renovable y las emisiones sean el 90% de las de 1990. 

2.- Se avecinan multitud de planes y nuevas normas

Alcanzar los objetivos temporales requiere una revisión transversal de toda la legislación y herramientas de planificación estratégica. El Gobierno plantea la puesta en marcha de unos planes nacionales integrados de energía y clima, que planificarán las emisiones por sectores y propondrán objetivos cada 5 años. Además, se complementarán con una "estrategia de bajas emisiones a 2050" que fijará una senda para la adaptación de la economía española para cumplir con los objetivos. 

3.- Las eléctricas tendrán que ponerse la pilas

Además de abordar a fondo una regulación energética que evite la inseguridad jurídica del Impuesto al Sol de José Manuel Soria, se hará una transformación gradual de la red eléctrica para evitar cortes o falta de suministro mientras la generación se convierte en renovable al 100%. Además, se podrá multar a las empresas que provoquen cortes o suministro insuficiente. 

4.- Se extiguen las subvenciones a los combustibles fósiles

No sólo se van a acabar las subvenciones a los hidrocarburos, sino que se no se van a renovar, ni a conceder explotaciones de hidrocarburos, ya sean gas, pozos petrolíferos o fracking. Con respecto a los sectores que aún necesiten de ese tipo de combustibles, como el agrícola o la aviación, se fomentará la introducción de biocombustibles y de sustitutos sintéticos de los hidrocarburos. 

5.- Adiós a los coches diésel y de gasolina (y a los híbridos)

Si pensaba en cambiar de coche, tiene hasta 2040 para hacerlo. Es mucho tiempo, pero sepa que en ese año no se va a poder matricular ningún coche diesel o gasolina. Y eso incluye a los híbridos con motor de gasolina. Pero seguramente antes no le dejen pasar con ellos a las ciudades, si éstas tienen más de 50.000 habitantes. Para 2023 usted no debería poder pasar a Talavera de la Reina (por ejemplo) si su coche es diesel o gasolina. Para que, en caso de que tenga usted un coche eléctrico, no se quede sin batería a mitad del trayecto, las gasolineras tendrán que instalar obligatoriamente puntos de recarga eléctrica. 

6.- Prepárese para nuevas normas fiscales

Cuando se trata de virar un transatlántico como es la cuarta economía del euro -o una economía cuyo PIB per cápita es casi tres veces del de Rusia- hay que rehacer con cuidado los presupuestos. El Gobierno propone que, por ejemplo, los beneficios derivados de las subastas eléctricas irán destinados a compensar a los sectores más perjudicados por la "descarbonización" de la economía española. Se acabaron unas deducciones y llegarán otras. La industria de las renovables creará empleos y riqueza mientras que otros sectores necesitarán de reconversiones y políticas activas de empleo. Al menos el 20% de los Presupuestos Generales del Estado irán destinados a esta transición, con el compromiso de que sea lo más justa posible.