La denominada ultraactividad de los convenios o su decaimiento cuando no existe acuerdo para su renovación; la inaplicación del convenio colectivo al personal que desempeña alguna tarea de dirección y organización del trabajo (directivos) y a los trabajadores dependientes de un autónomo en empresas de menos de seis empleados son las principales propuestas de la patronal que aparecieron en el último documento que presentaron cuando estaban a punto de alcanzar un acuerdo. , que preside Arturo Fernández, amigo personal de Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño, y que fueron las que dinamitaron un acuerdo "que estaba a un cuarto de hora de firmarse".

El autoritarismo de Fernández
Fernández ha afirmado hoy que la patronal "no puede admitir" en estos momentos una reforma laboral débil y urgió al Ejecutivo a que incorpore elementos "imprescindibles", como la no renovación automática de los convenios cuando expiren. Ha afirmado que es "lógico" que los empresarios pidan el decaimiento de los convenios y una contratación diferente, ya que -dijo- existen 44 tipos de contratos distintos y hay 11 millones de contratos temporales y el mercado laboral necesita un "plan Renove". Por ello, ha reconocido que durante las negociaciones la patronal (realmente sólo fue CEIM) puso sobre la mesa un contrato único que conllevara una indemnización de 20 días por año trabajado, "que parece una buena opción", igual que señaló la urgencia por resolver el "tremendo" absentismo, ya que, según datos de los empresarios, 1,2 millones de trabajadores no acuden diariamente a su puesto laboral.

El texto de la polémica
CEIM, cuyo presidente ha negado que el resultado de las elecciones pesara en la negociación, recogía en un texto sobre la reforma de la negociación colectiva presentado tras los comicios, que "alcanzar un acuerdo que no satisfaga las exigencias de libertad y adaptabilidad que demanda el mercado no solamente va a defraudar a nuestras empresas sino a limitar la capacidad legislativa de quien, a futuro, deba afrontar riendas de las necesarias reformas que han de llevarse a cabo en España en los próximos tiempos", en clara alusión a un próximo Gobierno del PP.

Las recetas del PP
Mariano Rajoy ha criticado que se haya acusado al PP y a la patronal de la ruptura y ha instado al Gobierno a legislar de inmediato. Rajoy ha remarcado que el mercado de trabajo en España "no funciona", por lo que ha abogado por llevar a cabo reformas que lo acerquen a modelos de otros países europeos que han resistido mejor los efectos de la crisis. El jefe de la oposición ha desgranado algunas de las características que, según él, debería tener la reforma, y ha apostado por una mayor flexibilidad interna en las empresas, que los costes sean acordes a la situación económica, revisar el sistema de formación, mejorar la relación entre intermediarios privados y oficinas de empleo y subsanar el problema endémico del absentismo laboral.

La Ley se aprobará el día 10
El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha garantizado que la reforma de la negociación que prevé aprobar el Gobierno el próximo 10 de junio buscará la "flexibilidad" interna de las empresas, pero no "a costa" de la seguridad y los derechos de los trabajadores. "El Gobierno está a quince minutos de hacer la ley, porque va a coger la base del acuerdo que estuvo a punto de cerrarse entre los sindicatos y los empresarios", explicó Rubalcaba en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.

Los sindicatos, a la espera de la Ley
Los sindicatos temen que la reforma que se apruebe vaya en detrimento claro de sus derechos y han dicho que estudiarán con atención el contenido de la norma antes de tomar medidas.