Un proceso electoral convulso que acaba este martes, 20 de mayo. El actual presidente de la Cepyme, Gerardo Cuerva, mide sus fuerzas con la candidata del líder de la patronal, Ángela de Miguel. Antonio Garamendi encontró en la empresaria la candidata idónea para plantar cara a Cuerva por el control de la patronal de las pymes tras unos meses de guerra de guerrillas entre las dos organizaciones empresariales. De hecho, hay quien esgrime que la razón de la separación entre ambos bebe de las fuertes críticas de Cuerva al Gobierno central.

En cualquier caso, este martes se pondrá fin a una batalla intestina ante los 505 vocales que pertenecen a las 147 organizaciones que conforman el Cepyme. De las vocalías, 230 forman parte de las 56 entidades territoriales; mientras que las 275 restantes están vinculadas a las 91 organizaciones sectoriales. Así las cosas, el pulso entre De Miguel y Cuerva acallará -o no- el ruido interno generado por el distanciamiento palpable del presidente de la patronal de las pymes con el líder de la CEOE. El segundo busca la reelección tras seis años en el cargo y de blindarse en él en 2021, con el respaldo unánime del Comité Ejecutivo, así como los avales de más de la mitad de las organizaciones miembro de la patronal.

Las elecciones se desarrollarán sin limitar el voto delegado a petición de Cuerva. Decisión que llega después de que él mismo fomentara una reforma del régimen interno de Cepyme para limitarlo de cara a las próximas elecciones. Desde la organización trasladan que la intención del presidente de limitar el voto nace de “presiones económicas” ejercidas desde la CEOE y vinculadas al uso del patrimonio sindical, cuya titularidad recae sobre la entidad que preside Antonio Garamendi y de las que fue advertido, a la postre, por diversas organizaciones afines.

Cruce de acusaciones

El cambio de reglamento interno de la Confederación salió adelante con el apoyo de la Junta Directiva y uno del Comité Ejecutivo, detonante de la batalla interna que se ha vivido en los últimos meses entre sendas organizaciones patronales. Guerra de guerrillas que trascendió los informes jurídicos, para consolidarse en un cruce de acusaciones entre el presidente Cuerva y la potentada de Garamendi en la carrera electoral. De hecho, la batalla ensanchó la brecha entre sendos presidentes, hasta el punto de que Cuerva ha admitido “múltiples presiones” por parte de Garamendi para que éste no optara a la reelección. Pero también apunta al Gobierno central; una acusación que rima en consonante con el apoyo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desde fuera.

En la presentación oficial de su candidatura, Cuerva deslizó que es probable que la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, no fuera una de las personas que acogiera su anuncio con más alegría. Mucho menos si resultara el ganador de los comicios patronales. En este sentido, el presidente de Cepyme aboga por una entidad que evada el yugo que Garamendi pretende imprimir a la patronal de las pymes. “Busca un funcionario a las órdenes del presidente de la CEOE ocho horas al día, cinco días a la semana”, espetó. Por ello, reivindica la autonomía de su organización: “No podemos estar callados ni ser comparsas de nadie, sino que es fundamental que nuestras reivindicaciones se defiendan con total firmeza y compromiso”.

Frente a este mensaje, se sitúa Ángela de Miguel, quien sostiene que la pyme ha estado “abandonada” durante el mandato de Cuerva. De hecho, se jacta de que las pequeñas y medianas empresas no tienen la sensación de tener a alguien velando por sus intereses. La candidata afín a Garamendi sostiene que Cuerva no ha estado presente en las mesas de diálogo social con el Gobierno. Acusación, por otro lado, que su adversario no tardó en desmentir, sugiriendo que De Miguel ha sido la que se ha acercado “tres o cuatro veces” a Cepyme en los últimos años.

De Miguel incluso llegó a afirmar que la “debilidad” de la patronal está afectando tanto a la CEOE como a la ATA, las dos patas del banco que conforman la patronal española. En este sentido, apuntaba también a la proliferación de una guerra sucia en los medios de comunicación durante los últimos meses, fomentada por el entorno de su contrincante.

Modelos contrapuestos

Gerardo Cuerva, actual presidente de Cepyme, ha optado por presentar 24 nombres, incluida su propia candidatura. Ha dejado varios puestos vacantes —cinco, que serían seis si se cuenta al secretario general— reservados, asegura, para organizaciones que han querido formar parte de su lista pero que, por diversos motivos, no han podido hacerlo oficialmente. El motivo, según Cuerva, tiene nombre propio: presiones desde la CEOE.

“Me consta que ha habido llamadas insistentes por parte de ejecutivos de la CEOE, incluso del propio presidente, con un mensaje claro: o estás conmigo o contra mí”, afirmó recientemente Cuerva, en un mensaje que pone de manifiesto la tensión creciente entre Cepyme y la patronal mayoritaria.

Entre los nombres que sí figuran en su lista destacan Fernando Jesús Santiago, presidente de la Asociación Nacional de Gestores Administrativos; Alfonso Hernández, vicepresidente de Confemetal; o Luis Rodulfo, vicepresidente de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC). También cuenta con apoyos de estructuras territoriales como CEOE en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cantabria, Sevilla, Murcia o Badajoz, territorios que Cuerva identifica con sectores productivos más modestos, pero estratégicos en la economía real.

Por su parte, Ángela de Miguel ha optado por completar el máximo de 30 integrantes en su propuesta, arropada por algunas de las organizaciones empresariales más influyentes del país. En su equipo figuran representantes de CEIM (Madrid), Foment del Treball (Cataluña), la CEV (Comunidad Valenciana) y la patronal de autónomos ATA, lo que refleja un respaldo institucional de peso.

En los últimos días, su candidatura ha sumado el apoyo de sectores clave como el de alimentación y bebidas (FIAB), la educación privada (Acade) y el comercio de electrodomésticos (FECE). También destacan nombres como el presidente de Confemetal, José Miguel Guerrero, y Fermín Albaladejo, presidente de Ceaje (jóvenes empresarios).

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