El crédito concedido por las entidades financieras a las familias y las empresas continúa su senda descendente y se desplomó en el octavo mes del año. Así, según el informe publicado este lunes por el Banco de España, la financiación de las familias y las organizaciones sin ánimo de lucro residentes en España retrocedió un 2,5% (-17.658 millones) con respecto a agosto de 2022, hasta situarse en los 685.663 millones de euros. Por otro lado, el crédito concedido a las empresas cayó aún más, un 4,4% (-41.991 millones), hasta los 919.145 millones de euros.

Atendiendo a la evolución mensual se aprecia también un descenso, tras reflejarse que el endeudamiento de las familias retrocedió en 2.283 millones de euros en agosto en relación con el mes de julio, lo que supone una caída del 0,3%. Por su parte, la deuda de las empresas se situó en los 7.391 millones de euros por debajo de julio, un 0,8% menos. Cabe destacar como aspecto determinante el endurecimiento de las condiciones de crédito acometido por la banca española, a su vez determinada por las políticas restrictivas del Banco Central Europeo (BCE).

El conjunto del tejido financiero encadena ya más de un año de endurecimiento de las condiciones para acceder a financiación y tras la última subida aprobada por el organismo que dirige Christine Lagarde, se ha alcanzado el máximo histórico para los tipos de interés (4,5%). Si bien se ha apuntado que esta podría ser la última subida a corto y medio plazo, también se ha señalado que los tipos se mantendrán en este nivel durante un tiempo prolongado, lo que mantendrá elevada la dificultad de acceder a financiación.

Desplome de las hipotecas

La dificultad para acceder a préstamos se ha agravado para los hogares, fuertemente golpeados por las subidas de Euríbor. Los créditos hipotecaros, aquellos que aglutinan la mayor parte de la deuda asumida por los hogares, se han desplomado en agosto hasta los 499.876 millones de euros, lo que supone una reducción de 18.081 millones respecto al mismo periodo de 2022 y 1.709 millones menos que en julio. No obstante, el Banco de España muestra que el importe que las familias destinan a su hogar sigue ocupando la mayor parte de su endeudamiento, ya que supone en torno al 72,9% del mismo.

Esta situación puede explicarse por la subida desmedida del Euríbor, principal índice al que se acogen las hipotecas y que está directamente determinado por los tipos de interés. Si bien este solo grava a los préstamos variables, aquellos de tipo fijo de nueva firma también se ven afectados, ya que, su valor de intereses se sitúa por encima del tipo variable, aunque luego no se modifique, ni para bien ni para mal, con el transcurso de los años. En septiembre, tras la leve tregua de agosto, el Euríbor cerró el mes en el 4,15%.

En otros aspectos, los créditos de las familias destinados al consumo crecieron en agosto un 2,4% en tasa interanual, hasta los 97.152 millones de euros, aumentando ligeramente en relación con el mes anterior (+0,2%). Los préstamos de las familias destinados a otros fines sumaron 85.331 millones de euros, por debajo de los 87.206 millones de hace un año y en valores similares a los 85.711 millones de julio.

Cae la financiación empresarial

Por otro lado, la financiación concedida a las empresas en el octavo mes del año también cayó a nivel interanual, debido al descenso tanto de los créditos con las entidades financieras como de los valores representativos de deuda. Así, se acumulan ya varios meses de caídas en este sentido. Los préstamos bancarios de las empresas se situaron en 462.141 millones de euros en el mes de agosto, lo que supone una caída del 5,1% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que los valores representativos de deuda descendieron un 7% interanual, hasta los 129.144 millones. Por su parte, los préstamos exteriores descendieron un 2,2% hasta los 327.860 millones.

Como se evidencia, la subida de tipos no afecta únicamente a los hogares y menos en España, donde el groso del tejido empresarial está formado por pequeñas y medianas empresas (99,8%) que requieren de financiación y crédito para asumir los pagos de proveedores o inversiones a futuro del negocio. El aumento del coste de estos préstamos echa para atrás a muchas empresas en su solicitud y complica mucho la situación para otras muchas que ven avanzar el tipo al que tienen que devolver los ya solicitados.