El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha presentado este lunes la Contabilidad Nacional Anual de los últimos tres cursos, que contempla mejoras del Producto Interior Bruto (PIB) para todos los años. Así, la caída de 2020 fue una décima menor de lo previsto (-11,2%) y los ascensos de 2021 (6,4%) y 2022 (5,8%) fueron nueve décimas y tres décimas más altos de lo previsto, respectivamente. Ningún organismo apostó por una marcha tan holgada de la economía española y los discursos catastrofistas se sucedían tiempo atrás, pero ahora los datos confirman que el PIB prepandemia se recuperó ya a cierre del pasado año.

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“Durante este tiempo hemos ido señalando que ya se había recuperado el nivel de actividad prepandemia y ahora el INE lo ha alineado con el resto de indicadores. España tuvo una recuperación más fuerte de la que se esperaba”, ha celebrado Nadia Calviño, vicepresidenta y ministra de Economía, que durante meses presenció rectificaciones constantes de los organismos y ataques de la oposición, que seguía sin creerse la evolución. Con la progresión de 2023 está sucediendo algo similar, por lo que es importante recordar todas las equivocaciones que ha habido en las previsiones, despojándolas de un carácter sentenciador.

Organismos nacionales

Ningún organismo nacional fue capaz de pronosticar el avance del PIB español, ni siquiera el propio Gobierno de España, que decidió ser prudente y situar el dato en el 4,4%. Todos ellos se quedaron lejos, incluso atendiendo al dato adelantado de la Contabilidad Nacional Trimestral que situaba el PIB en el 5,5%. Más lejos se sitúan estas estimaciones ahora que se ha conocido que el dato ascendió al 5,8%.

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) fue uno de los organismos equivocado, a pesar de realizar su última revisión con el 2023 ya comenzado. En ese momento, sus previsiones de crecimiento económico para 2022 se situaban en el 5,3%, medio punto por debajo del dato definitivo. No obstante, antes de la rectificación la autoridad llegó a ubicar el crecimiento económico en el 4,2%, valor que se queda a más de punto y medio de la evolución definitiva conocida, y no descartó la posibilidad de recesión técnica ante “el terreno negativo” en el que aseguraban que entraría España en el último trimestre.

Tampoco se escapó del error la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) que, en octubre de 2022, estimaba un crecimiento del 4,5% para el pasado año. Más tarde, cuando el INE revisó las cifras del PIB de la primera parte de 2022, la fundación modificó sus previsiones y estimó que el crecimiento de la economía española alcanzase un 5,2% (siete décimas más). Conocidos los datos, se constata que la equivocación del organismo llegó a ser de más de un punto y, tras la revisión enero de 2023, finalmente el fallo asciende a seis décimas.

Una situación similar atravesó el Panel de Funcas, conformado por expertos y con previsiones distintas a las de la Fundación. Este círculo de expertos llegó a reducir el crecimiento hasta el 4,3% en mayo por, según señalaban, la debilidad de los indicadores. A mediados de enero de este año rectificó y estimó un crecimiento español hasta el 5% que ha dejado a los panelistas a ocho décimas del crecimiento real.

Desde los organismos empresariales los pronósticos agoreros fueron mayores y las estimaciones se situaron mucho más lejos. Tanto la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), como su think tank, el Instituto de Estudios Económicos (IEE), apuntaron muy a la baja con sus previsiones. La patronal estimaba que el crecimiento se quedaría en el 4,2% y el instituto lo reducía al 3,9%. En noviembre de 2022, ambos organismos patronales se vieron obligados a rectificar, pero aun así se quedaron cortos al señalar un 4,6%, la CEOE, y un 4,5% el IEE, a más de un punto cada uno.

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Fuera de España tampoco acertaron

Los organismos nacionales no fueron los únicos que se equivocaron y que se vieron sorprendidos por los datos finales, que han sido elevados otras tres décimas. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó a la baja sus previsiones macroeconómicas de España en junio de 2022. En ese momento, estimaba un crecimiento del PIB del 4,1% en 2022, alejándose del 5,5% que había previsto a finales de 2021 y que, finalmente, ha sido el dato que se ha quedado más cerca. En noviembre, igual que el resto de organismo, rectificó y elevó la cifra hasta el 4,7%, pero no esperaba un cierre de año tan positivo y un dato 1,1 puntos más alto.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a estimar en verano del año pasado que el crecimiento de España se detendría en el 4%, después de acometer una rebaja de ocho décimas de la que responsabilizaban a la inflación y a la guerra de Ucrania. El fondo internacional rectificó el 19 de enero de este curso y elevó crecimiento del hasta el 5%, quedándose también lejos de acertar. La actividad económica en España se ha mantenido resistente a pesar de los desafíos planteados, apuntaba el FMI para justificar, con sorpresa, la rectificación. Ahora, a sabiendas de que el error ha sido de hasta ocho décimas, estarán más sorprendidos.