María Blasco (Alicante, 1965) descubrió su vocación por la biología molecular durante una clase de divulgación científica mientras estudiaba COU. Ahora, tras muchos años de formación e investigación, dirige el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), uno de los mejores del mundo en lo que a investigación del cáncer a nivel molecular se refiere. “Se desconoce que España es un país de ciencia”, asegura en en esta entrevista de la serie 'Mujeres Extraordinarias', un proyecto realizado en colaboración con Renfe, cuyo objetivo es visibilizar el talento femenino.

María siempre fue una niña buena, aplicada y buena estudiosa, pero también muy inquieta y curiosa. Preguntarse el porqué de las cosas ha sido una constante en suvida, algo que considera muy necesario a la hora de realizar trabajos de investigación o estudios científicos. “Estamos entre los mejores centros de investigación de cáncer del mundo en cuanto a los descubrimientos que hacemos”, nos explica sobre el CNIO. Y es que este centro no sólo es de los mejores por sus logros, si no por poder aplicarlos en casos reales y poder mejorar la vida de los demás. “Tenemos una actividad muy importante de innovación”, asegura. 

España, un país de ciencia

“No se le da el suficiente valor a la ciencia y se desconoce que España es un país de ciencia”, explica. En nuestro país, argumenta, hay hasta 50 centros entre los mejores del mundo en investigación, en todos los campos posibles. “Esto hace que haya que invertir en ciencia en España, de manera pública, pero también privada”, continúa. Sin ir más lejos, el propio CNIO cuenta con inversión privada, aunque la gran parte de esa financiación proviene de empresas extranjeras. 

Nos explica que aprendió que “la ciencia es un lugar seguro para las mujeres” de una de sus mentoras, Elizabeth Blackburn (Premio Nobel de Medicina y Fisiología). Las carreras científicas, como bien argumenta María, están basadas en méritos académicos, por lo cual existe una igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. El problema, como pasa en otras carreras, surge al poner la vista en los puestos de responsabilidad y toma de decisiones. “En estos niveles sigue habiendo sesgos de género”, denuncia. Llegó a realizar un experimento para comprobar si había “favoritismos” a la hora de contratar a hombres o mujeres. 

Este experimento consistía en redactar dos curriculums exactamente iguales, con una única diferencia: el nombre. Uno de ellos sería de una mujer llamada Jennifer, el otro de un hombre llamado John. La conclusión de este experimento es que “de manera consistente se evaluaba mejor el currículum de John que el de Jennifer, aunque era exactamente el mismo y eso demuestra que hay unos sesgos de género”. No se sabe muy bien el motivo real, pero otro estudio confirma que “las niñas a partir de los seis años se empiezan a sentir menos capaces que los niños a hacer determinadas carreras”. 

“Cada vez hay menos machismo en la ciencia”

Pero lo que más preocupa a María Blasco es la conciliación familiar y laboral, algo totalmente necesario para que las mujeres puedan desarrollar sus carreras profesionales, sean estas de ámbito científico o no. “En la ciencia existen los techos de cristal, creo que cada vez menos. Cada vez hay menos machismo en la ciencia, pero lo ha habido”, nos dice. Es algo que María tener claro, algo contra lo que hay que seguir luchando, al igual que lo hace día a día investigando las causas del cáncer y sus soluciones. 

Su campo de trabajo está relacionado con el envejecimiento. “Nadie quiere envejecer, porque conlleva enfermedades, conlleva no estar en tu plena forma física y en última instancia conlleva a la muerte”. Y es que María entiende perfectamente esa pequeña obsesión actual de la sociedad por no envejecer, por mantenerse siempre joven. Por eso es necesario continuar investigando el envejecimiento, ya que la esperanza de vida actual (más larga que hace unos años) da lugar a la aparición de enfermedades que acaban con nuestra vida, como el cáncer.

Nuestra invitada tiene una relación muy especial, algo cercano al amor, con el tren. Es su medio de transporte favorito y recuerda una gran cantidad de viajes, sola o acompañada, recorriendo las vías esperando llegar a su destino. Uno de los recuerdos más bonitos que guarda de un tren es un viaje en tren nocturno a París junto a su familia.

Una carrera rodeada de mujeres extraordinarias

María Blasco siempre se rodeó de mujeres a la hora de formarse, tuvo esa oportunidad, la de estar rodeada de mujeres a la vez que aprendía y descubría el terreno de la biología molecular. Su Tesis Doctoral la hizo con Margarita Salas “porque era la mejor investigadora en biología molecular en nuestro país, tenía el mejor laboratorio”. Después tuvo la oportunidad de trabajar junto a Carol Greider, la descubridora de la telomerasa. “El haber elegido mujeres me ha ayudado, porque eran mujeres feministas, que apoyaban la carrera de mujeres en la ciencia. Yo siempre recomiendo a las mujeres que quieren hacer una carrera científica, que sí pueden, trabajen con mujeres porque te aseguras de que no va a haber ningún sesgo de género, de que te van a apoyar al máximo y de que vas a llegar a lo más alto”, afirma rotundamente. 

Para María no ha sido fácil elegir una única mujer extraordinaria en su vida. “Son preguntas muy difíciles, hay tantas mujeres extraordinarias”, nos cuenta. Pero, sin duda, la primera en aparecer en su mente ha sido su madre, una mujer que se encargó de ofrecerle una educación y unos valores. En este sentido, además de recordar a sus mentoras, Salas, Greider y Blackburn, destacó a todas esas mujeres anónimas que se dedican de pleno a sus profesiones, sea cual sea su terreno profesional. De lo que no cabe duda es que aquellas que quieran dedicarse a la ciencia y la investigación contarán con todo el apoyo de María Blasco, porque para nosotros ella es una mujer extraordinaria.