El crédito concedido por las entidades financieras a las familias y las empresas descendió en el cuarto mes del año. Así, según el informe publicado este jueves por el Banco de España, la financiación de las familias y las organizaciones sin ánimo de lucro residentes en España retrocedió un 1,5% (-10.761 millones) con respecto a abril de 2022, hasta situarse en los 691.261 millones de euros. Por otro lado, el crédito concedido a las empresas cayó aún más, un 2% (-19.009 millones), hasta los 927.824 millones de euros.

Atendiendo a la evolución mensual se aprecia también un descenso, tras reflejarse que el endeudamiento de las familias retrocedió 482 millones de euros en abril en relación con el mes de marzo, lo que supone una leve caída del 0,07%. Por su parte, la deuda de las empresas se situó en los 3.507 millones de euros, un 0,4% menos que el dato del tercer mes del año. Cabe destacar como aspecto determinante el endurecimiento de las condiciones de crédito acometido por la banca española, que a su vez señalan al Banco Central Europeo (BCE) como principal responsable.

El conjunto del tejido financiero ha marcado tres trimestres consecutivos endureciendo las condiciones para acceder a financiación y el primer trimestre del año ha seguido la misma línea. Durante este periodo, “los criterios de concesión de préstamos y, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo”, traslada el Banco de España en su Encuesta de Préstamos Bancario publicada a principios de mayo.

Caen las hipotecas

La dificultad para acceder a préstamos se ha agravado de forma “más intensa” para los hogares, mientras que para las empresas ha sido “sido más moderada de lo que las entidades anticipaban hace tres meses”. Los créditos hipotecaros, aquellos que aglutinan la mayor parte de la deuda asumida por los hogares, se han desplomado en abril hasta los 506.381 millones de euros, lo que supone una reducción de 10.930 millones respecto al mismo periodo de 2022 y 926 millones menos que en marzo. No obstante, el Banco de España muestra que el importe que las familias destinan a su hogar sigue ocupando la mayor parte de su endeudamiento, ya que supone en torno al 73,3% del mismo.

Esta situación puede explicarse por la subida desmedida del Euríbor, principal índice al que se acogen las hipotecas y que está directamente determinado por los tipos de interés. Si bien este solo grava a los préstamos variables, aquellos de tipo fijo de nueva firma también se ven afectados, ya que, su valor de intereses se sitúa por encima del tipo variable, aunque luego no se modifique, ni para bien ni para mal, con el transcurso de los años. En mayo, tras catorce subidas consecutivas, el Euríbor cerró el mes en valores superiores al 3,86%.

En otros aspectos, los créditos de las familias destinados al consumo crecieron en abril un 2,8% en tasa interanual, hasta los 95.666 millones de euros, aumentando ligeramente en relación con el mes anterior. Los préstamos de las familias destinados a otros fines sumaron 85.799 millones de euros, por debajo de los 88.599 millones de hace un año y en valores similares a los 85.677 millones de marzo.

Cae la financiación empresarial

Por otro lado, la financiación concedida a las empresas en el cuarto mes del año cayó a nivel interanual, debido al descenso tanto de los créditos con las entidades financieras como de los valores representativos de deuda. Así, se acumulan ya varios meses consecutivos de caídas en este sentido. Los préstamos exteriores, por su parte, crecieron en comparación interanual.

En concreto, los préstamos bancarios de las empresas se situaron en 471.902 millones de euros en el mes de abril, lo que supone una caída del 2,5% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que los valores representativos de deuda descendieron un 5,8% interanual, hasta los 132.05 millones. Por su parte, los préstamos exteriores ascendieron un 0,4% hasta los 323.870 millones.

Como se evidencia, la subida de tipos no afecta únicamente a los hogares y menos en España, donde el groso del tejido empresarial está formado por pymes (99,8%) que requieren de financiación y crédito para asumir los pagos de proveedores o inversiones a futuro del negocio. El aumento del coste de estos préstamos echa para atrás a muchas empresas en su solicitud y complica mucho la situación para otras muchas que ven avanzar el tipo al que tienen que devolver los ya solicitados.

Ambas situaciones, tanto la de las familias como la de las empresas, incrementa el riesgo de morosidad. A mayor coste de los préstamos, mayor riesgo de que los perceptores tarden más o no puedan devolverlos. Por el momento no existe preocupación en los bancos ante esta posibilidad, dado el saneamiento de las cuentas de los hogares, la buena marcha del empleo y el continuado crecimiento económico.