La Ley de Amnistía está a unas pocas semanas de ver -por fin- la luz. Su larga estancia en el Senado está próxima a su final. La mayoría absoluta del Partido Popular ha retenido al máximo el articulado entre las paredes de la Cámara Alta, recurriendo a informes de letrados, a la Comisión de Venecia y al escrutinio de todo tipo de juristas. Pero los tiempos no pueden dilatarse más y el pleno aprobará el veto al texto el próximo 14 mayo, a penas 48 horas después de las elecciones en Cataluña. Lo que implica que Francina Armengol vuelva a tener un as en su mano para que la aprobación definitiva de la medida de gracia pueda no sólo coincidir, sino también influir en la negociación para la conformación de un nuevo Govern.

Dos días después de las elecciones en Cataluña, el Senado vetará la Ley de Amnistía. Lo hará en un pleno el próximo día 14 de mayo, en el que la mayoría conservadora concluirá la maniobra de retención de un articulado que regresará de inmediato -tras dos meses- al Congreso de los Diputados. La Cámara Baja deberá entonces convocar una sesión plenaria que neutralice el bloqueo de la Cámara de representación territorial y en la que tan sólo serán necesarios más síes que noes para que, definitivamente, se apruebe la medida de gracia.

El último paso de la tramitación se dará mientras Cataluña vive un intenso periodo de negociación para la conformación del nuevo Ejecutivo autonómico. De ahí se desprende la importancia del calendario del Legislativo, convirtiéndose la amnistía en un as en la manga de la presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Francina Armengol. En su mano está moldear los tiempos a conveniencia del candidato del PSC, Salvador Illa, a quien las encuestas sitúan como vencedor en los comicios de este próximo domingo.

Relacionado El CIS otorga al PSC la victoria en Cataluña con el doble de voto que los independentistas

Estos mismos sondeos, sin embargo, no atisban un camino de rosas para el ex ministro de Sanidad. Asumirá la responsabilidad de formar gobierno, aunque la demoscopia le sitúe delante a un Carles Puigdemont que podría ejercer el papel de bloqueo total a un Govern del PSC o, en su defecto, de facilitador. Precisamente ante la decisiva posición de Junts, la baza de la amnistía se antoja crucial no sólo para los socialistas catalanes, sino también para Moncloa, que atornillaría la legislatura en caso de recibir el respaldo neoconvergente.

El poder de la amnistía

La jugada le podría salir a pedir de boca al Partido Socialista, aun con la maniobra de obstrucción del PP en el Senado. Con el calendario en la mano, la amnistía recibiría el veto del Senado el martes que viene, volviendo sobre sus pasos a la Carrera de San Jerónimo. Existe un escenario en el que la proposición de ley se apruebe la próxima semana. Esta vía se antoja altamente improbable, debido a que el próximo día 15 es festivo en Madrid y en la agenda parlamentaria no hay pleno previsto. La Mesa y la Junta de portavoces podrían convocar una reunión extraordinaria en el supuesto de que quieran pisar el acelerador.

La iniciativa podría ser calificada por el órgano rector de la Cámara el próximo 21 de mayo, aunque para ello se necesitaría el voto unánime de la Junta de Portavoces; condición sine qua non para modificar los órdenes del día de los plenos preestablecidos desde la semana anterior. La alternativa entonces pasaría por Francina Armengol. La presidenta del Congreso podría convocar una segunda reunión ex profeso para aprobar la celebración de otro Pleno, adyacente al ordinario. Para ello, sólo se necesitaría una mayoría que, a la postre, solidificaría la sesión y daría viabilidad a la ley de amnistía.

Para entonces, los grupos no sólo mirarán hacia Cataluña, sino que también estarán inmersos en la campaña electoral para el Parlamento Europeo. No obstante, el pleno tan sólo podría dilatarse una semana más, siendo el jueves 30 de mayo la fecha límite para la votación. En tal caso, la medida de gracia aumentaría el peso de las mochilas ante los inminentes comicios comunitarios del 9 de junio. En clave catalana, sin embargo, mantendría su papel clave, sobre todo si Carles Puigdemont se antoja como llave del PSC para acceder a la Generalitat

Síguenos en WhatsApp y recibe las noticias destacadas y las historias más interesantes