La propagación del Covid-19 ha situado al límite de sus capacidades a las aerolíneas de todo el mundo, que han visto paralizada su actividad. Después de meses de pérdidas continuadas, muchas de las compañías que realizaban vuelos regulares, nacionales e internacionales, se plantean declararse en quiebra y solicitar un rescate a los gobiernos.

Iberia y Air Europa, ponen contra las cuerdas al Ejecutivo español. Ambas forman parte de los grupos IAG y Globalia, los más golpeados por el Covid 19 en Europa. En el caso de Iberia, la aerolínea se ha beneficiado, junto con Vueling, de un crédito de la banca de 1.010 millones de euros, de los cuales 810 son aportados por el Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Abanca y Bankinter y 190 millones proceden de la línea ICO, es decir, del Estado, una cantidad que se justifica en asegurar la liquidez de la compañía. Se trata del mayor préstamo de la historia de Iberia.

Por su parte, Air Europa, concretó un crédito de 140 millones de euros, coordinado por el Banco Santander, Caixa Bank, Banco Sabadell y Bankinter, que prestaron 105 millones. El banco público ha sumado los 35 millones restantes. En conjunto, el Estado, suma con ambas operaciones, una deuda bancaria de 225 millones de euros.

Aunque quizá la nota más crítica la ponga Ryanair, que ha anunciado la posibilidad de cerrar sus bases en España, Reino Unido y Alemania. También un plan para despedir a 3.000 trabajadores en Europa, justificando la decisión como una consecuencia de la propagación de la pandemia y la parálisis de la actividad en el sector. La compañía, prevé sumar 200 millones de pérdidas en su primer trimestre, que se cierra en junio.

Por otro lado, Air Nostrum, la compañía interbalear, cerró el pasado fin de semana una ronda de financiación de 130 millones de euros aprovechando los avales ICO impulsados por el Gobierno y en la que han participado hasta 18 entidades financieras. La aerolínea, que frenó su actividad el pasado 28 de marzo, ha anunciado que retomará su actividad el próximo 24 de mayo con vuelos internos entre las islas baleares de frecuencia diaria. Una medida polémica debido al actual contexto sanitario en el que se encuentra el país y a la que se suma la incertidumbre de cada uno de los 1.439 empleados de la plantilla que se encuentran inmersos en ERTE que se prolongará, al menos, hasta el próximo 30 de junio.

Despidos masivos en Europa

Mientras tanto en el viejo continente, la tendencia es clara: reducir gastos y recortar en plantilla. Es el caso de Airbus, que ha reducido en un tercio su fabricación de aviones comerciales y trabaja para adaptarse al hundimiento de la actividad. De forma paralela ha comenzado a tramitar expedientes de paro parcial para miles de sus empleados en toda Europa. La misma medida es adoptada por Brussels Airlines, la principal aerolínea belga, que ha anunciado un recorte de su plantilla del 25 por ciento, y un recorte de la flota de aviones de un 30 por ciento, es decir, deja en el parque a 16 aeronaves, asegurando que se trata de medidas “sustanciales e indispensables para garantizar su supervivencia”. También British Airways ha dado a conocer su plan para recortar al 28 por ciento de la plantilla, es decir, 12.000 trabajadores.

Por otro lado, las principales compañías rusas, entre las que se encuentra Aeroflot, S7 y Ural, han solicitado subsidios millonarios al Gobierno para poder soportar el impacto de la crisis económica derivada de la pandemia.

En conjunto, la situación de las aerolíneas europeas es crítica. Según un informe elaborado por Eurocontrol, en la primera semana de mayo, tan sólo se registraron 4.154 vuelos diarios en el continente, es decir, un 86,8 por ciento de menos tráfico aéreo que en el mismo periodo del año 2019.

Una crisis de escala global

En Asia, la aerolínea estatal Thai Airways se declara en quiebra y solicita al Estado tailandés el acceso a un préstamo de fondos que le permita reflotar la compañía. La lujosa Emirates prevé un recorte de 30.000 de sus 105.000 empleados y Qatar Airways, despedir a 9.000 de sus 46.000 trabajadores.

Y al otro lado del charco, el caso más destacado lo protagoniza el grupo colombiano Avianca Holdings: se ha acogido al Capítulo 11 del Código de bancarrota de Estados Unidos para iniciar un proceso de reorganización interna.  Le sigue la aerolínea Latam, una de las principales de Latinoamérica, que también anunció el despido de 1.400 trabajadores o Air Canadá, que prevé despedir hasta a 23.000 empleados en junio.

En conjunto, el dibujo de la crisis de las aerolíneas en Europa, Oriente Medio y América pronostica que se puedan superar los 200.000 despidos en el sector, una cifra jamás vista en un escenario anterior al Covid-19.