El 14 de septiembre de 2014, uno de los empresarios españoles más brillantes de la historia, Isidoro Álvarez, falleció debido a una insuficiencia respiratoria. Él era el dueño de El Corte Inglés, el mayor grupo de distribución, que cuenta hoy en día con más de 1.400 establecimientos por todo el mundo, da trabajo directamente a 100.000 personas, tiene 30.000 proveedores y aporta 25.000 millones a la economía española (el 2’4% del PIB total).
Antes de su muerte, Álvarez creyó dejarlo todo atado para que la empresa siguiera creciendo sin su tutela. Para ello, designó a su sobrino Dimas Gimeno como su sucesor. Una sucesión que él mismo había experimentado 25 años atrás, cuando el tío de Álvarez, Ramón Areces, delegó la empresa en manos de éste.
A su sobrino le dejó la gestión de El Corte Inglés, pero Isidoro trasfirió la mayor parte de la propiedad a sus dos hijas, Marta y Cristina. De esta manera, el patriarca legó sus acciones en la empresa (el 22’18% del capital) a la sociedad de cartera Isidoro Álvarez (IASA). En su testamento, dejó el 69% de IASA a sus dos hijas, y el 31% restante lo repartió entre sus hermanos y sobrinos. En otras palabras, dejó la presidencia de El Corte Inglés en manos de Dimas Gimeno, pero lo hizo sin otorgarle el siempre necesitado respaldo accionarial.
El jeque Al Thani lo erosionó todo
Con esta fragilidad empezó el mandato de Dimas Gimeno. Y era cuestión de tiempo que el clima se calentase. Sin embargo, la voluntad de Álvarez se respetó hasta que en el verano de 2015, Gimeno dio entrada al jeque Hamad Al Thani en el accionariado de la compañía. La decisión rompía la tradición de que el accionariado de El Corte Inglés solamente estuviera formado por la familia, la dirección o los trabajadores. Esta medida no gustó nada a Marta y Cristina, quienes decidieron salir del segundo plano en el que se encontraban.
Desde entonces, ha comenzado una especie de batalla entre ambos bandos por la sucesión al frente del grupo empresarial que mantiene en vilo a toda la economía española. Las hijas de Álvarez poco a poco han ido acaparando mayor protagonismo hasta hacerse prácticamente con el apoyo total del Consejo de Administración. De hecho, el año pasado dieron un golpe sobre la mesa al lograr privar a su primo de poderes ejecutivos. Una medida que fue respaldada por todo el Consejo.
El siguiente paso que quieren dar es la destitución total de Gimeno. Para ello, han optado por un consejo que se celebrará, previsiblemente, en junio. Para sustituir a Gimeno, suenan con fuerza dos nombres: la propia Marta y Manuel Pizarro, expresidente de Endesa, exdiputado del PP y que actualmente es consejero y presidente del Comité de Auditoría de los grandes almacenes.
Dos demandas en los juzgados
Paralelamente a estos acontecimientos, los dos hermanos de Isidoro Álvarez - María Antonia, madre de Gimeno, y César, han reaccionado a esta presión por parte de las hijas de Álvarez y les han presentado dos demandas ante los juzgados. La primera ha presentado una demanda por lo civil a sus sobrinas y a los albaceas del testamento, porque, presuntamente, se cambió de forma irregular la herencia y se redujo de diez a cinco millones.
César, por su parte, ha denunciado un supuesto vaciamiento patrimonial de la sociedad IASA, controlada por las hermanas Álvarez y propietarias del 22% de la compañía. En la demanda reclama que se impugne la reducción de capital que hizo de la misma, una decisión que en su momento fue aprobada por todos los herederos de Álvarez.