Las celebraciones en el seno del Gobierno de coalición por los buenos datos de paro con los que se ha cerrado 2024, con medio millón más de trabajadores y 150.000 parados menos que hace un año, han durado poco. La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha puesto en valor las políticas que han posibilitado este cambio de paradigma laboral, pero rápidamente ha vuelto al ataque contra el PSOE, parte mayoritaria del Ejecutivo, y el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, con motivo de la reducción de jornada.
“El PSOE se opone a la reducción de jornada”, ha garantizado la también vicepresidenta segunda, que ha añadido que esto supone “golpear a las mujeres trabajadoras de nuestro país”. Las duras críticas de la cabeza más visible de la parte minoritaria de la coalición no han cesado y han expuesto la fragmentación del Gobierno. “Luego presumirán, como presumieron con la reforma laboral, la subida SMI o los ERTE”, ha proseguido en RNE, pero “ahora hay un ministro del PSOE que se opone al acuerdo firmado con los sindicatos, algo que no ha pasado nunca”:
“No puedo comprender que un ministro socialista se oponga a la reducción de jornada. Y no puedo comprender que el Congreso del PSOE haya planteado reducirla a 36 horas y ahora estén rechazando la reducción a 37,5 horas”, ha ahondado, buscando exponer las incongruencias y contradicciones de sus socios de Gobierno. “España tiene un problema gravísimo de desafección política y si hay algo que la causa son las promesas incumplidas”, ha añadido, dejando a Cuerpo una disyuntiva: con los trabajadores que piden vivir un poco mejor o con la patronal.
“De qué lado está el ministro socialista”, se ha preguntado una Díaz visiblemente enfadada, que ha recordado que “solo dos actores están en contra, la extrema derecha y la patronal (el PP se abstuvo en la votación de la proposición no de ley)”. Asimismo, ha defendido el documento firmado con UGT y CCOO, que “es sagrado”, y ha acusado a Cuerpo de no respetar el diálogo social. “Ni siquiera la señora Nadia Calviño se atrevió a tanto”, ha espetado. “Que un ministro socialista se posicione en contra de los sindicatos es para mirárselo”.
Hay desacuerdos manifiestos con el SMI y con la jornada laboral.
“Cuando hay un acuerdo cerrado lo que no es de recibo que un ministro socialista golpee y se posicione del lado de la patronal”, ha destacado, “algo que nunca ha pasado y si lo hiciera el PP le digo lo que estaríamos diciendo”, ha dejado en el aire. “Después de 11 meses de diálogo social y un acuerdo con los sindicatos, la patronal por unanimidad dice que ‘no’ el 5 de noviembre y rechaza más de 300 millones para ayudas directas, no puedo comprender que hoy un ministro socialista se opone a un acuerdo con los sindicatos”, ha reiterado.
Choque por el SMI
Las desavenencias entre Díaz y Cuerpo también han llegado con motivo de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que se aprobará de cara a este nuevo año. Pese a que las posiciones parecen cercanas, dado que la vicepresidenta ha asegurado que crecerá no menos del 3% y el ministro de Economía ha trasladado que debería hacerlo conforme al resto de indicadores, señalando el aumento del 4% del salario medio, la titular de Trabajo ha pedido evitar injerencias y dejar trabajar a su equipo.
“Los datos macro no tienen nada que ver con la vida real y el salario medio no tiene nada que ver con ser una locomotora. Los salarios españoles son muy bajos”, ha introducido, antes de pedirle a Cuerpo “que respetemos al comité de expertos, que ha hecho una propuesta, y el diálogo social”. “Lo digo porque el señor Cuerpo ha formado parte de este comité de expertos designado por Nadia Calviño”, ha recordado momentos anteriores.
No obstante, aunque parece que no existen posiciones muy alejadas en esta materia, Díaz ha asegurado que “hay desacuerdos manifiestos con el SMI”. “Ahora celebramos el cambio de postura del señor Cuerpo, que antes se oponía a esta subida”, ha garantizado en los micrófonos de la radio pública. Además, se ha mostrado molesta por, según ha trasladado, “ser la única” ministra que sufre injerencias de sus homólogos.
“Vuelvo a ser la única a la que se invaden las competencias. Imagínese que yo dijese lo que pienso de las prácticas bancarias que se permiten”, ha dejado caer. Para despedirse ha vuelto a agrandar el foco más allá del ministro de Economía y ha lanzado un dardo final a su socio de Gobierno: “El PSOE siempre ha defendido una serie de políticas que luego no ha cumplido”.