La salud mental cada vez gana más espacio en el debate público y su defensa e impulso emana cada vez de más bocas, pareciendo incluso que la materia está alejada de la politización. Su exaltación gana adeptos en fechas como la de este jueves 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, pero se desinfla de nuevo pasadas las horas de colocarse pines. La realidad es muy distinta y países como España están aún muy alejados de darle la importancia que se merece, sobre todo en el ámbito laboral, donde la mayoría de trabajadores sufren su desconsideración.

Las bajas laborales derivadas de problemas de salud mental propiciadas por el mero desempeño del trabajo continúan avanzando y rozan ya el medio millón durante los primeros nueve meses del año. Concretamente, entre enero y septiembre se han contabilizado 468.093 y UGT estima que se superen las 603.521 registradas el pasado año. La fotografía es dramática y casi cuatro de cada diez trabajadores (37%) aseguran sufrir estrés, depresión o ansiedad causada por el trabajo, según se desprende del Informe Salud Mental y Trabajo actualizado por el sindicato con ocasión de la fecha.

El problema se extiende a toda la población, trabajadora y no, dado que el 34% padece algún problema de salud mental (ansiedad, depresión y trastornos del sueño son los más frecuentes), siendo las mujeres las más afectadas. Los porcentajes crecen en el ámbito laboral, donde el 48% de las personas declaran estar expuestas a una gran presión de tiempo o sobrecarga de trabajo que ponen en riesgo su salud mental, por encima de la media europea (46%) y en unos niveles que exponen el mercado laboral español.

Pese a esta situación, las patologías que padecen las personas trabajadoras derivadas de la incorrecta gestión de los riesgos psicosociales de origen laboral apenas se reconocen en nuestro país como contingencia de origen profesional. “El trabajo influye notablemente en la mejor o peor salud mental, y es que unas deficientes condiciones de trabajo (temporalidad, inseguridad laboral o largas jornadas), la incorrecta organización del mismo o entornos laborales en donde hay presencia de violencia o acoso laboral son dañinos para la salud mental”, recuerdan desde UGT.

Adaptación del trabajo

El mundo laboral está en continuo cambio, pero la prevención de riesgos se ha quedado atrás. “Se están gestionando riesgos laborales del siglo XXI con un sistema del siglo pasado, por lo que es importante avanzar y adaptarse a la nueva realidad del mundo del trabajo de forma urgente”, exige UGT, señalando la influencia de las transiciones digital, climática y demográfica que afectan a la salud mental.

“Hay estudios que apuntan a un aumento del 2,2% de la mortalidad relacionada con la salud mental por cada grado centígrado de aumento de la temperatura, lo mismo sucede con la digitalización, la monitorización constante o la intensificación del trabajo derivada de las decisiones tomadas por máquinas que no se programan sobre los limites humanos o como los errores que se producen de funcionamiento acaban provocando serios problemas de salud física y mental de las trabajadoras y trabajadores”, apuntan desde el sindicato.

Resulta evidente la existencia de una serie de factores psicosociales y organizativos a los que se debe prestar atención y que deben prevenirse. Entre ellos destacan la hiperconectividad, la carga de trabajo cuantitativa, la sobrecarga cualitativa o la demanda psicológica de naturaleza cognitiva, entre otras muchas. “Debe garantizarse el derecho a la desconexión digital”, insisten desde el sindicato. Para ello, “los problemas de salud mental en el trabajo deben ser abordados de forma decidida para acabar con ellos y garantizar una protección adecuada de la seguridad y salud de las personas trabajadoras”, reclama UGT. 

Soluciones necesarias

Un buen inicio para el abordaje, apuntan, es poner solución a la “deficiente” evaluación de los riesgos psicosociales de origen laboral en las empresas y acabar con la falta de reconocimiento del origen profesional de las patologías relacionadas con los riesgos psicosociales. “Para atajar este problema, es necesario actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales para adaptarla a las nuevas realidades del trabajo y mejorar la gestión en las empresas de los riesgos psicosociales con el objetivo de garantizar la protección de la salud mental”, esgrimen.  

La problemática está ahora mismo abierta la Mesa de Diálogo Social sobre prevención de riesgos laborales, dónde continúan las negociaciones al respecto y dónde, según UGT, “ya se observan algunos avances”. El debate del diálogo social será complejo y desde la organización sindical hacen un “llamamiento a todos los agentes” de cara a “actuar juntos y conseguir acabar con esta pandemia silenciosa que padecen tantas personas trabajadoras en nuestro país”.