Los máximos mandatarios del Banco Central Europeo (BCE) vuelven a citarse este jueves para abordar las políticas económicas que se asumirán para combatir la tensión inflacionista que atraviesa el conjunto de la zona euro. Las últimas seis reuniones del Consejo de Gobierno de la autoridad económica europea se han zanjado de la misma manera, con una subida de los tipos de interés que encarece el precio del dinero. Este encuentro tendrá lugar después de que el Banco de España haya confirmado este miércoles que el Euríbor, índice principal al que se referencian las hipotecas y que dependen de los tipos establecidos por el BCE, ha cerrado el mes de abril en un 3,757% de media.

Mientras, el rally alcista de la institución europea no cesa y los máximos dirigentes ya han adelantado que tampoco lo hará en esta ocasión. La última subida de marzo, igual que las tres anteriores, fue de 50 puntos básicos, moderando los incrementos iniciales de 75 puntos y situando el precio del dinero en el 3,5%. Las turbulencias bancarias producidas por la caída del Credit Suisse y la presión creciente soportada por las familias y pequeñas empresas endeudadas no frenaron la marcha del BCE, que zanjó los rumores y previsiones que pronosticaban una subida de 25 puntos básicos, dejando claro que la reducción de la inflación es la prioridad. Ahora, las estimaciones también sitúan el incremento en el 0,25%, pero habrá que esperar a la decisión final.

Actualmente, el tipo de interés para las operaciones de refinanciación se sitúa en el 3,5%, mientras que la tasa de depósito alcanza el 3% y la de facilidad de préstamo el 3,75%. Tras la sexta subida consecutiva, el precio del dinero se sitúa en su nivel más alto desde octubre de 2008 a la espera de la decisión que la institución tomará este jueves. "Si persiste el escenario de referencia subyacente a las proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del BCE de marzo, será apropiado elevar aún más las tasas", apuntaba hace dos semanas el economista jefe del BCE, Philip Lane.

Lo cierto es que la inflación de la eurozona se encuentra en estos momentos en un 7%, por debajo del valor que registraba (8,5%) cuando el BCE tomó su anterior decisión; no obstante, la inflación subyacente sigue anclada en valores récord (5,6%) y la zona euro se encuentra aún muy lejos del 2% establecido por el BCE como valor deseado. Este porcentaje, aseguraba Lane, garantizaría que las expectativas de inflación a largo plazo permaneciesen seguras y redujesen las presiones sobre precios y costes.

La estrategia elegida por la autoridad monetaria para obtener esta cifra es la reducción de la demanda a través de la subida del precio del dinero, a pesar de que desde diversos sectores económicos culpan a la oferta y los beneficios empresariales de esta crisis. Más allá del debate y de las presiones cada vez mayores por parte de algunos estados de la unión monetaria, lo cierto es que, si el BCE finalmente mantiene su política, los efectos colaterales golpearán a las familias, principalmente encareciendo las hipotecas.

La política del BCE se refleja en las condiciones de la banca española

“Los criterios de concesión de préstamos y, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se han endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo”, ha trasladado el Banco de España en su informe sobre concesión de préstamos publicado este miércoles, evidenciando que la política del BCE ya se ha trasladado a las entidades españolas durante el primer trimestre del año. Además, el supervisor español añade que atendiendo a un endurecimiento “muy intenso” de las condiciones aplicadas a los préstamos, “sobre todo el aumento del coste”, estaríamos ante “un cierto incremento de los márgenes, tanto en la financiación a empresas como en la concedida a hogares”.

Con todo, la financiación a las empresas y a las familias cayó en marzo de 2023 a una tasa de variación interanual del -1,2 % y del -0,5 %, respectivamente. Sin embargo, como en la mayoría de situaciones, la banca siempre gana. "Las decisiones adoptadas por el BCE sobre los tipos de interés oficiales habrían favorecido, en los últimos seis meses, un aumento de la rentabilidad de las entidades financieras españolas, debido al incremento de los ingresos netos por intereses", refleja el Banco de España en su informe. 

Hipotecas por las nubes

Las decisiones anteriores asumidas por el BCE, de igual manera que lo hará la próxima, ya han afectado notablemente a las hipotecas y al índice al que se indexan. El Euríbor cerró abril en el 3,757% de media y los valores diarios superan ya el 3,8%, acercando el índice al 4%. Si bien es cierto que el incremento de este valor afecta únicamente a las hipotecas variables, en lo referido a las ya constituidas; los préstamos de nueva definición se ven golpeados independientemente del tipo elegido, ya que, el fijo se sitúa siempre por encima del variable, que ahora se sitúa en cifras históricas.

Con estos valores, atendiendo a la media reflejada en abril (3,757%), una familia que disponga de una hipoteca variable a 25 años por valor de 180.000 euros y un diferencial del 1% más Euríbor, verá como la cuota de hipoteca aumenta en torno a 350 euros al mes tras la revisión. La cuantía total pasará de los 659 euros a los 1.010 euros, aproximadamente, o, lo que es lo mismo, 4.200 euros más al año. Con las mismas condiciones, una hipoteca de 300.000 euros de capital pendiente de amortizar y 25 años pendientes de pago, una familia tendría que asumir un encarecimiento mensual de unos 580 euros, lo que supone en torno a 7.000 euros al año adicionales.