Este miércoles transcendió la propuesta de la Comisión Europea para revisar las reglas fiscales. En ella se reflejaba una senda de gastos concreta y sujeta a la deuda de cada país, aunque contemplado un ajuste anual mínimo del déficit del 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) para los años en los que se prevé que el desequilibrio negativo y estableciendo unos valores de referencia del 3% para el déficit y del 60% para la deuda. Este viernes, el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, se ha mostrado “optimista” de cara a alcanzar este objetivo antes de finalizar el año.

"Soy optimista por definición porque este es mi papel, pero también soy muy optimista porque creo que todos los Estados miembro, a pesar de las evidentes diferencias de punto de vista, son conscientes de la necesidad de llegar a un acuerdo", ha señalado Gentiloni antes de entrar a la reunión informal de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona que se ha celebrado en Estocolmo (Suecia). La propuesta, que dota a los miembros un mayor control sobre el diseño de sus planes a medio plazo, contempla un régimen de aplicación más estricto para garantizar que cumplen los compromisos que asumen en sus planes a medio plazo, lo que podría suponer problemas para algunos Estados.

No obstante, el comisario ha defendido la propuesta del Ejecutivo europeo como “una posible zona de aterrizaje, aunque no la única". El dirigente ha asegurado estar “convencido” de que lo planteado incentivará las negociaciones, que se desarrollarán durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, y se alcanzará un acuerdo. Además, ha querido airear las acusaciones de intransigencia que revisten a la Comisión. "No somos un órgano militar, hay discusiones, podemos trabajar en esto para llegar a un consenso", ha sentenciado.

Sobre las diferencias que han manifestado, de un lado, países como Alemania, que piden un endurecimiento de la disciplina fiscal, o de otro, voces críticas como la de Italia, que reclama más concesiones, Gentiloni ha incidido en que esto revela que la propuesta es "equilibrada" porque la Comisión no vive "en otro planeta". "Tengo confianza porque veo que hay conciencia de la necesidad de llegar a este acuerdo y tenemos varios meses para lograrlo", ha zanjado.

En la misma línea, el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, ha recordado que Bruselas ha realizado "amplias consultas" hasta llegar a lo que también ha resaltado como una propuesta "equilibrada", al tiempo que ha incidido en que "lo importante ahora es que los países se comprometan de forma constructiva" para lograr un acuerdo a pesar de lo "ambicioso" de la línea temporal.

El BCE mete prisa

El Banco Central Europeo (BCE) continúa incentivando a que se consiga un consenso en torno a la materia fiscal. Este viernes, la presidenta de la autoridad económica europea, Christine Lagarde, ha pedido que se alcance "lo antes posible" un compromiso basado en la propuesta presentada por Bruselas para reformar la disciplina fiscal, aunque ha reconocido que habrá "diferencias y desacuerdos" entre los países de la Unión Europea porque afrontan "retos diferentes".

"Lo que el BCE valora es una aplicación más estricta porque es esencial", ha aseverado en una rueda de prensa celebrada tras participar en la reunión informal de ministros de Economía de la eurozona en Estocolmo (Suecia) a la que también ha asistido. En esta comparecencia, Lagarde también ha valorado la propuesta existente como "realista" y favorecedora de una reducción "sostenida y gradual" de la deuda.

El BCE acoge "con satisfacción", ha asegurado, que la reforma que plantea Bruselas apunte a una mayor implicación nacional, al tiempo que presta más atención a los altos niveles de deuda y a la perspectiva a medio plazo y establece incentivos para la inversión. La decisión que se alcance finalmente, de alcanzarse, llegará cuando España esté a los mandos europeos, algo que ha puesto en valor la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, que también estaba en el encuentro informal.

"Hay que ver las distintas posiciones para plantear un calendario y una estrategia y lograr un acuerdo antes de final de año", ha explicado desde la capital sueca, donde ha reconocido que se trata de un expediente "complejo y desafiante", por lo que "nadie debería sorprenderse de que haya diferentes posiciones en la mesa". En cualquier caso, ha destacado que es "muy buena noticia" que Bruselas haya presentado "por fin" una propuesta sobre la mesa porque eso ofrece una base "concreta y detallada" para empezar las negociaciones en el Consejo, bajo una presidencia española que "hará todo lo posible para avanzar en la reforma de las normas fiscales".