Wolfgang Schäuble, el hasta ahora todopoderoso ministro de Finanzas de Alemnia, es la primera víctima de los malos resultados de la 'Gran Coalición' que ha gobernado los últimos años la primera potencia europea. El SPD perdió 5 puntos en su peor resultado en 30 años, pero al CDU de Merkel cayó 8 puntos también uno de los peores resultados en décadas. Los socialdemócratas ya anunciaron la misma noche electoral que no reeditarían la gran coalición, con lo que Merkel se ve abocada a pactar con liberales y verdes si no quiere dar auge a la ultraderecha xenófoba de Alternativa para Alemania. Y el precio a pagar será alto. Todo indica que los liberales exigen la cartera de Finanzas, por lo que ya se ha buscado una salida honorable a Schäuble: la presidencia del Bundestag (parlamento alemán).

Elección asegurada

El que fuera mano derecha de Angela Merkel y defensor acérrimo de la austeridad europea, tras dos legislaturas al frente del ministerio de Finanzas tiene asegurada su elección como presidente del Parlamento. La candidatura de Schäuble, que será presentada de forma oficial por el grupo parlamentario de la CDU y su formación hermana, la CSU bávara, y ratificada por votación el próximo 17 de octubre, se hizo pública este miércoles. Ambos partidos llegaron a la conclusión de que, con 45 años de experiencia a sus espaldas, el diputado más veterano del país tiene el perfil idóneo para sustituir a su correligionario Norbert Lammert, que anunció hace tiempo su jubilación, y asumir así el liderazgo del que será el Parlamento más fragmentado de las últimas dos décadas.

Los analistas alemanes ven en el nombramiento de Schäuble una doble jugada política por parte de la canciller. En primer lugar para taponar al ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que acaba de desembarcar por primera vez en el Bundestag tras quedar tercero en los comicios del domingo. Pero además, con ello deja libre la cartera de Finanzas, con la que Merkel quiere intentar meterse en el bolsillo a los liberales del FDP, con los que deberá negociar, junto a Los Verdes, la formación de un nuevo Gobierno.

Nadie duda ya que el artífice de la ortodoxia monetaria de la eurozona obtendrá los votos necesarios para capitanear la Cámara, dada la mayoría parlamentaria de la que goza la CDU/CSU y, sobre todo, el interés del FDP en reclamar una cartera que es la piedra angular de los gobiernos germanos. Tras el anuncio de la salida de Schäublese hay auténtico interés tanto en los mercados como en los vecinos europeos, especialmente los países del Sur, en saber quien será el nuevo ministro.

No obstante, la salida de Schäuble no significa que Alemania vaya a relajar en modo alguno su política económica hasta ahora inflexible. Incluso puede ser aún peor,porque los liberales han puesto de manifiesto durante la campaña su rechazo a las propuestas para una mayor flexibilidad en la eurozona.