¿Quién salía en el plano que robó el protagonismo televisivo de la pareja durante la boda del entonces Príncipe de Asturias a patada limpia con sus primos?¿Quién protagonizó la otra foto de la coronación de Felipe VI hablando por teléfono desde una ventana del Palacio Real?  ¿Y quién vino a enturbiar con un disparo fortuito el día a día de Zarzuela cuando se intentaba solapar el viaje de caza de don Juan Carlos I?

Se puede pensar que fue casualidad, o que la anécdota se ha elevado a categoría, o lo que se quiera. Pero el caso es que Felipe Juan Froilán de todos los santos ha vuelto a hacer presencia en un momento poco oportuno para la Casa Real.

Justo con la sucesión monárquica apañada in extremis por PP y PSOE aún reciente, y con la elección de Pedro Sánchez -que apagó los ánimos de la vertiente republicana del PSOE, liderada por Eduardo Madina- dando sus primeros pasos, el sobrino del Rey resulta que simpatiza con Podemos. Como lo oyen. El hijo de la infanta Elena ha caído rendido a las propuestas del Pablo Iglesias a pesar de que, entre todas ellas, destaca la petición de un referéndum sobre la Jefatura del Estado. No es que Podemos sea una formación que abogue por la República -por lo menos no de manera taxativa como se pudo ver en su doble concentración de Vistalegre donde la tricolor no apareció por ningún lado- pero tampoco es que esté dispuesta a mantener a la monarquía española en los términos actuales.


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