De hecho, el bloqueo del Parlamento no se limita a sus funciones de control. Efectivamente, la tarea de control se encuentra limitada drásticamente por el veto constante ejercido por la mayoría gubernamental en la Mesa del Congreso. El PP evita incomodidades al Presidente por el caso Bárcenas, como ha venido haciendo durante el último año y medio con la mayor parte de los ministros afectados por irregularidades o protagonistas de medidas impopulares. Las preguntas, interpelaciones o propuestas de los grupos parlamentarios en las comisiones se reducen a la mínima expresión, y se administran en el calendario conforme a los intereses estrictos del Gobierno. Incluso las respuestas a las simples preguntas escritas o las solicitudes ordinarias de información se demoran inexplicablemente o se formulan de manera provocadoramente simple.
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